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LE NOUVEAU GOUVERNEMENT MEXICAIN EST ENTRE EN GUERRE SAINTE CONTRE SON PROPRE PEUPLE. ARRESTATIONS ARBITRAIRES D'HOMMES POLITIQUES COMME DE SIMPLES PASSANTS QUI AVAIENT LE MALHEUR DE SE TROUVER AU MAUVAIS ENDROIT AU MAUVAIS MOMENT, GENERALISATION DU VIOL DES PRISONNIERES, DE LA TORTURE Y COMPRIS SUR DES ENFANTS DE HUIT A DOUZE ANS , CENSURE DE TOUTE OPPOSITION... LA LUTTE NE FAIT QUE COMMENCER. El nuevo gobierno mexicano a entrado en guerra santa contra su propio pueblo. Imposición, traición, doble discurso, ruptura del pacto social, ningún respeto por los derechos humanos con la consiguiente tortura, prisión, muerte de luchadores sociales e inocentes. Censura y desprecio por la cultura y la educación.... LA LUCHA COMIENZA.

lundi 8 octobre 2007

QUe mas nos quiere vender Fucks?

Catálogo de mentiras…

J. Jesús Esquivel

En su delirio pospresidencial, Fox es capaz de todo. Hasta de publicar un libro. En coautoría con un publirrelacionista, lanza Revolución de la esperanza, no en México sino en Estados Unidos. Catálogo de autoelogios, recuento de mentiras y errores históricos, loas a Martita, diatribas contra Hugo Chávez y Andrés Manuel López Obrador y, claro, condescendencia servil con Washington.

WASHINGTON.- El pasado jueves 4 comenzó a circular en las librerías de Estados Unidos el libro Revolución de la esperanza, escrito por el expresidente Vicente Fox y Rob Allyn, un publirrelacionista texano vinculado al guanajuatense desde 1997 y que participó en su campaña por la Presidencia en el año 2000.

El texto, escrito en inglés, consta de 21 capítulos y 375 páginas, y fue publicado por Viking Press. Su precio: 27.95 dólares, más impuesto. Se trata de una autobiografía política plagada de autoelogios, errores históricos y mentiras. En ella Fox hasta se atreve a dar recomendaciones a presidentes y jefes de Estado. De paso, adula al gobierno estadunidense y confiesa haber aceptado financiamiento del extranjero para su campaña presidencial.

También contiene ataques y descalificaciones al presidente de Venezuela Hugo Chávez y al excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, y hace una enmielada apología de Marta Sahagún Jiménez, la mujer que, según él, nació sobrada de atributos: “Una voz plagada de cultura y una pose hecha para la televisión”.

El expresidente Fox asegura que escribió el libro en el rancho San Cristóbal. En la tercera de forros aparece una fotografía en la que se le ve frente a una computadora portátil tomando nota de lo que al parecer le dicta Allyn, quien se encuentra sentado a su lado derecho.

Entre las falsedades en que incurre se encuentra ésta: “Con (apenas) siete meses en la Presidencia de México di un discurso histórico ante las dos cámaras (Senadores y Representantes) del Congreso de Estados Unidos. Fui el primer presidente mexicano en hacerlo”.

Antes que él, por lo menos cinco presidentes de México se presentaron en sesiones plenarias de dicho Congreso: Miguel Alemán, el 1 de mayo de 1947; Gustavo Díaz Ordaz, el 27 de octubre de 1967; Luis Echeverría Álvarez, el 15 de junio de 1972; Miguel de la Madrid Hurtado, el 16 de mayo de 1984, y Carlos Salinas de Gortari, el 4 de octubre de 1989.

A lo largo de todo el libro, Fox asegura que es un hombre honesto, profundamente religioso y trabajador. Dice que cuando era vendedor de la Coca-Cola y manejaba un camión repartidor de esta empresa ya pensaba en ampliar y modernizar el rancho San Cristóbal.

Como parte de la campaña publicitaria de su libro, Fox participará en algunos programas de televisión, como el de Larry King, de la cadena de televisión CNN (el lunes 8) y acudirá a varias librerías de la Unión Americana para autografiar su obra.

La estrategia mercadológica presenta a un Fox profundamente enamorado de Estados Unidos y de la religión católica: “Así como amo a mi país y siempre seré mexicano hasta los dedos de mis botas (sic), en mi corazón guardo un lugar especial para los Estados Unidos (…) Estoy convencido de que están equivocados los negativos, el mundo no odia a Estados Unidos, amamos a Estados Unidos (…)”.

Dinero foráneo para la campaña

Aunque son pocas las revelaciones que hace Fox respecto de cómo logró llegar a la Presidencia de México, acepta que su campaña contó con dinero del exterior: “Para llevar nuestro mensaje a la gente necesitábamos dinero, mucho dinero (…) Para juntar nuestro primer millón (de dólares) (…) fui con los tipos que me dieron mi primer empleo: Coca-Cola. Después de nuestra primera reunión clandestina en Lagos de Moreno, Jalisco, los ejecutivos de la embotelladora se comprometieron a darnos los primeros recursos para comenzar la campaña presidencial”.

También dice que recibió el respaldo de empresarios mexicanos como Ricardo Salinas Pliego. “Salimos con nuestra estrategia de tres vertientes: Primero fuimos con Ricardo Salinas Pliego; él era el impetuoso joven fundador de Televisión Azteca, un nuevo rival de Televisa, el coloso conglomerado que pertenecía al fiel seguidor del PRI, Emilio Azcárraga, y que ahora estaba en manos de su hijo (…) Le presenté a Salinas Pliego un proyecto en el que le propuse hacer la cobertura de nuestra campaña de oposición, ya que podría ayudar a su televisora en la competencia con Televisa para ganar al teleauditorio (…) Argumentamos que si Televisa no abría totalmente la puerta o por lo menos una rendija, un público mexicano curioso podría dejar de ver Televisa y cambiarle a Azteca. ¡Funcionó! En respuesta a nuevas reformas, leyes y a la demanda popular, las dos principales cadenas de televisión y radio comenzaron a ponerle atención a la oposición”.

Para explicar cómo convenció al electorado para que votara por él, Fox se vale de algunas figuras del catolicismo: “Primero, como el apóstol Pablo, concentramos nuestro trabajo no entre los fieles seguidores de nuestro partido, sino en aquellos a quienes nosotros llamábamos los gentiles (…) los manipulados por el partido oficial, los miembros de sindicatos, el ejidatario campesino, los maestros y los dueños de changarros”.

Sus diatribas

Lo que más destaca en Revolución de la esperanza son los ataques que lanza Fox contra varios presidentes latinoamericanos, a quienes considera demagogos populistas que deben ser ignorados por el mundo entero, pero principalmente por su amigo, George W. Bush, presidente de Estados Unidos.

“Ahí está Venezuela, donde el bravucón y populista régimen de Hugo Chávez sostiene su demagogia con las ganancias del petróleo y respeta muy poco la democracia, la ley y los principios económicos básicos. Tristemente ahora Bolivia y Ecuador siguen el mismo ejemplo con economías nacionalizadas. Si usted cree que son peligrosos estos regímenes chavistas, espere a ver lo que pasa con ellos cuando caiga el precio del petróleo y del gas natural, y que no puedan pagar sus deudas. El próximo paso será la revolución o la represión, la triste y vieja historia de América Latina”, advierte Fox.

Fox también arremete contra López Obrador, a quien tilda de “toro enloquecido” e insiste en estigmatizar como “un gran peligro para México”.

En lo que se refiere a Felipe Calderón, actual presidente de México y quien para llegar al poder pasó por una elección interna en su partido, Acción Nacional, en la que derrotó al candidato de Fox, Santiago Creel, el exmandatario dice: “Felipe ganó las elecciones primarias prometiendo regresar al PAN a sus raíces y por ser un agente más agresivo del cambio; más Fox que Fox”.

En el libro, Fox destaca que Calderón cuenta con un equipo de colaboradores que forman parte de la revolución yuppie, y que ayudarán al desarrollo económico y democrático de México. Entre estos yuppies ubica a Juan Camilo Mouriño, Gerardo Ruiz, Josefina Vázquez Mota, Rodolfo Elizondo, Eduardo Sojo, César Nava, Alejandra Soto, Ernesto Cordero y Max Cortázar.

Y añade: “Con la fundación democrática y el equipo talentoso que integra a su gabinete y a su círculo de asesores políticos, este brillante joven (Calderón Hinojosa) liderará a México en el primer siglo XXI (sic) y será el presidente más exitoso de la historia de nuestra nación”.

De sus antecesores Fox descalifica casi a todos, y los tacha como corruptos y ladrones; sólo hace una excepción: “Ernesto Zedillo, quien dirigió la transición del país a la democracia y que ahora da clases en la Universidad de Yale, hizo un poco de historia al ser un expresidente tan honesto que actualmente necesita trabajar para sobrevivir”.

Fox acepta que uno de sus mayores fracasos consistió en no conseguir, pese a su “amistad” con Bush, que el Congreso de Estados Unidos aprobara una reforma migratoria integral para beneficiar a los más de 7 millones de mexicanos indocumentados que viven y trabajan en Estados Unidos. Sin embargo, dice estar convencido de que su libro puede contribuir a que en el futuro la reforma migratoria sea una realidad en este país.

En Revolución de la esperanza Fox habla de su relación con Bush y de los desacuerdos que tuvo con él cuando se decidió la invasión de Irak.

“El 12 de marzo de 2003, mientras era llevado al hospital para ser sometido a una difícil operación en la espina dorsal, Bush me llamó una vez más: El voto en las Naciones Unidas es mañana, me dijo tersamente. Es muy importante que tengamos el apoyo de México. El presidente hizo alusión a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y sobre su certeza de que Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva, como una forma de presión fuerte para conseguir mi apoyo.

“Antes de ser anestesiado para la operación, di instrucciones muy estrictas a mi nuevo secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez: ‘Negocia para obtener más tiempo y sigue presionando para que nos den más evidencias’, le dije. En ningún caso, México va votar a favor de la guerra, le ordené a Derbez.”

En su texto, Fox omite muchos detalles sobre escándalos y situaciones controversiales que ocurrieron durante su sexenio. Del Toallagate, el exmandatario simplemente dice que fue un error de novatos. “Nuestro equipo aprendió su primera lección cuando uno de los ayudantes pagó 400 dólares por un juego de toallas de baño que tenían grabadas nuestras iniciales, que yo nunca vi”.

En el último capítulo, titulado Bardas de miedo y sueños de esperanza, dice que ahora se dedicará a promover por el mundo su fe espiritual, la democracia, la seguridad económica, el capitalismo y el respeto a los derechos humanos: “Este será el próximo capítulo de mi vida: nuevamente en el camino cabalgando con Marta en mi caballo favorito, el Dos de Julio. Pero no cabalgaremos hacia la puesta del sol, nos dirigimos hacia ti; a vender nuestros sueños”.

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