Pemex, hacia el mismo destino que la banca reprivatizada y extranjerizada
La privatización “silenciosa” del petróleo resulta por demás estridente, y para concretarla el grupúsculo que la promueve como “tabla de salvación nacional” no ha encontrado mejor ejemplo a seguir que el de la desastrosa “desincorporación” bancaria, comenzada en el sexenio de Miguel de la Madrid, redondeada en el salinista, “rescatada” y saneada en el zedillista, y extranjerizada entre éste y el foxista. Todo en nombre de la “democratización del capital”.
Que no nos volverían a saquear, dijo algún iluso 25 años atrás, cuando en realidad desde entonces esa ha sido la norma con los bienes de la nación, y ahora, por si hubiera duda, quieren recetar de nueva cuenta la misma dosis ¿Quién explicará a los mexicanos cómo se “democratiza el capital” de una empresa de la nación a favor de unos cuantos inversionistas?
Lo mismo prometieron Carlos Salinas de Gortari y su secretario de Hacienda, Pedro Aspe, cuando anunciaron la reprivatización bancaria, el 2 de mayo de 1990. En ese entonces, las 18 sociedades nacionales de crédito pertenecían a la nación, pero se reprivatizaban “porque hay que democratizar el capital financiero” (Salinas dixit), y para lograrlo “estimamos que habrá 130 mil inversionistas” (Aspe dixit, una cifra basada en el número de inversionistas bursátiles de la época). Por aquellos años, México tenía 85 millones de habitantes, y con la “democratización” las instituciones pasaron a ser propiedad, hipotéticamente, del 0.15 por ciento de esa población.
Leer mas______________________________________________________________