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LE NOUVEAU GOUVERNEMENT MEXICAIN EST ENTRE EN GUERRE SAINTE CONTRE SON PROPRE PEUPLE. ARRESTATIONS ARBITRAIRES D'HOMMES POLITIQUES COMME DE SIMPLES PASSANTS QUI AVAIENT LE MALHEUR DE SE TROUVER AU MAUVAIS ENDROIT AU MAUVAIS MOMENT, GENERALISATION DU VIOL DES PRISONNIERES, DE LA TORTURE Y COMPRIS SUR DES ENFANTS DE HUIT A DOUZE ANS , CENSURE DE TOUTE OPPOSITION... LA LUTTE NE FAIT QUE COMMENCER. El nuevo gobierno mexicano a entrado en guerra santa contra su propio pueblo. Imposición, traición, doble discurso, ruptura del pacto social, ningún respeto por los derechos humanos con la consiguiente tortura, prisión, muerte de luchadores sociales e inocentes. Censura y desprecio por la cultura y la educación.... LA LUCHA COMIENZA.

jeudi 6 décembre 2007

Tabasco




Arturo Kemchs

Crónicas bananeras

Para cambiar de tema, pero no por ello menos patetico, leer para creer:

Pierden dinero dado a Tabasco

SRE: 85% de la ayuda extranjera se fue a ONG

Alberto Morales y Roberto Barboza
El Universal

Jueves 06 de diciembre de 2007

estados@eluniversal.com.mx

VILLAHERMOSA, Tab.— Las millonarias sumas que se obtuvieron de las donaciones nacionales e internacional aún no aparecen en la entidad, señaló el Consejo Ciudadano para la Reconstrucción de Tabasco (CCRT).

En el mismo caso, agregó, se encuentran los 7 mil millones de pesos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) prometidos para labores de reconstrucción, luego de la grave inundación que sufrió el estado a finales de octubre.

Remedios Rodríguez Peña, presidenta del CCRT, dijo que existe confusión entre la ciudadanía por las elevadas cifras para damnificados que han dado a conocer en los medios de comunicación, y que aún no se aplican. “Las aportaciones aún están en vías de ser entregadas al estado”, aseguró.

La Asociación de Bancos de México (ABM) informó que lo recaudado en 15 bancos que abrieron cuentas especiales para los damnificados de Tabasco y Chiapas alcanzó 262 millones 866 mil pesos; de esta cantidad, más de 154 millones fueron depositados por el público.

Acerca de los donativos del exterior, la Cancillería dijo que particulares y gobiernos extranjeros aportaron 6.7 millones de dólares, pero 85% de ellos se canalizaron a través de organizaciones no gubernamentales.

El consultor fiscal y miembro del CCRT, Raúl López Deantes, mencionó que hasta ahora los donativos representan únicamente “dinero virtual”. Dijo que se necesita saber dónde están los recursos para ayudar a los miles de damnificados.

Según el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, Hacienda ha entregado 376 millones de pesos como anticipo del Fonden.

justicia coñaquera
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Padecer la justicia

Jornada

Margo Glantz

Hace una semana me hablaron por teléfono: mi hija había sido secuestrada. La voz que gemía era idéntica, quizá fue mi miedo el que me hizo desconocer su voz. Prevenida de este tipo de juego siniestro al que ya habían sido sometidos otros, caí con todo en la trampa. “Este es un secuestro exprés, a ti te interesa tu hija y a nosotros el dinero”. Así era.

Desolada, seguí al pie de la letra las instrucciones, compré tarjetas y “rasqué” todos los números secretos, los dicté uno a uno y ellos los fueron introduciendo en sus celulares. ¿De dónde me hablaban, desde un reclusorio o desde un recinto oficial? Al llegar al banco, no me dirigí a las cajas: fui con una amiga funcionaria, le musité al oído que mi hija acababa de ser secuestrada. Es un fraude, me dijo, no conteste el teléfono. Como de costumbre en estos casos, me habían pedido que no colgara el aparato teléfonico al que se habían comunicado conmigo, tampoco mi celular que yo, debido a mi pánico, les había proporcionado, sin percatarme de la imposibilidad de que tuvieran a mi hija y no supieran el número de mi celular. Cuando sonó, contesté sin escuchar los consejos de mi amiga. El siniestro personaje me tuteaba y me gritaba con voz tonante: “¿En el banco?” “Sal del banco inmediatamente y en la calle contestas a mi llamada”. “¿Con qué derecho me tutea”, le dije incautamente? Por un momento titubeó, luego endureció la voz y repitió: “Sal inmediatamente del banco y contesta cuando vuelva a sonar el teléfono”.

Mi amiga me arrebató el celular y lo guardó en su escritorio. Sonó por lo menos 20 veces más y cada vez que sonaba, se me enchinaba la piel: ¿Y qué tal si de verdad tenían a mi hija y algo le sucedía por no obedecer sus instrucciones? Empezamos a comunicarnos a diversos lugares para indagar dónde se encontraba ella en ese momento. Casualmente estaba fuera, trabajando en un lugar alejado y sin comunicaciones y, para colmo, ese día no había ni radio ni luz ni teléfono en ese pueblo. ¿Estaría en su trabajo o con unos amigos? Ninguna respuesta, los teléfonos sonaban y sonaban, los correos electrónicos iban y venían, varios amigos me apoyaban, sugerían cosas diversas; me comunicaba con ciertos funcionarios, algunos muy amigos, muy solidarios y afectuosos; otros, amables y gentiles, me aseguraban que velarían por la integridad de la señora X, funcionaria de tal institución. Cada vez que pronunciaban el sustantivo integridad y el verbo velar me estremecía. Parecían palabras amables y consoladoras, pero por debajo me recordaban instantáneamente las noticias periodísticas en que esas mismas palabras habían sido pronunciadas y las personas aludidas se insertaban en ese espacio incierto que se ha catalogado como el de “la desaparición”.

Cuando recapacité, me percaté de mis desatinos: muchos datos negaban la posibilidad de un secuestro, a pesar de que he leído numerosas novelas policiacas y siempre adivino el desenlace. ¿Por qué no los denunciaste, me decían mis amigos? ¿Denunciarlos? ¿Acaso sirve de algo en este país? ¿No escuchamos diariamente que el sistema de justicia en México es el más caro y el más ineficiente del mundo? ¿No ha decretado la Suprema Corte de Justicia desoír a Lydia Cacho, a pesar de las numerosas pruebas presentadas contra el góber precioso y Nacif? ¿Cómo es posible que se haya decretado que las faltas fueron leves y no admitían en absoluto que Mario Marín fuese castigado? ¿Es leve atentar contra la integridad física de una persona, intentar asesinarla, violarla y encerrarla en una cárcel sin ninguna acusación legal de por medio? ¿Cuáles son entonces nuestros derechos como ciudadanos? ¿Es posible, en México, en que la gente y aún sus gobernantes se dicen católicos se tolere la pederastia, los flagrantes abusos sexuales contra menores en distintas regiones de la República con la consecuente impunidad de violadores, secuestradores, militares y narcotraficantes? Hoy en la mañana escuché, en el programa de Carmen Aristegui, una nueva explicación con que la Procuraduría General de la República defiende su actuación contra los narcotraficantes: los numerosos homicidios a los que ya por desgracia nos tiene acostumbrados la prensa son apenas el ajuste de cuentas entre los diversos cárteles de la droga, la procuraduría se lava las manos: una ley darwiniana, decretan los expertos en derechos humanos.

Por lo pronto, me ha subido la presión arterial, a mí, que siempre la he tenido perfecta.

Gran reserva · Rocha



rocha GRAN RESERVA

No mas impunidad!

Todo esto esta muy bien, pero...... mas que pitorrearnos, hace falta actuar y pedir la renuncia de los rufianes que pagamos en la suprema corte. No mas impunidad!

La más peleada
Sergio Aguayo Quezada


La China Poblana es tan mexicana como esa impunidad que con tanta brillantez refrendaran Mario Marín y su Suprema Corte. Consumado el atraco debemos esforzarnos para abrirle cauces nuevos a la indignación.

La impunidad es como los diamantes, el crudo y los vinos porque puede clasificarse de acuerdo a su pureza, grado de viscosidad o equilibrio. La saga de Lydia Cacho y Mario Marín es de una cosecha excepcional; ideal para ser degustada mientras se escuchan las coplas del Cantar de los Cinismos. Revisemos brevemente el recital brindado por pederastas, empresarios, políticos, gobernantes y jueces.

El PRI mostró sus dientes para defender al góber poblano contra esos resentidos defensores de derechos humanos. El Legislativo concluyó que los tiempos no eran propicios para el juicio político. El presidente Felipe Calderón Hinojosa no hizo muecas a la hora de tomarse la foto con el tal Marín. El PAN frenó las campañas negativas o de contraste en las elecciones de Puebla del pasado noviembre porque Marín nunca ha sido, es o será un peligro para México. Los responsos corrieron a cargo de seis ministros de la Suprema Corte; entre ellos dos mujeres que consideraron que el cañón de una pistola pellizcando el pezón femenino tiene la levedad de un coscorrón de cariño. El último pespunte lo ha dado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que se sumió en un revelador silencio; han preferido emplear su tiempo en cabildear a los mandones del Senado a favor de sus dos candidatas al Consejo Consultivo. A cada quien lo suyo.

Mientras todo eso pasaba, sicarios al servicio de poderosos intimidaban a las niñas y/o a sus familias que habían testificado contra la red de pederastas, y diversos medios se apresuraron a meter el asunto en el congelador de los silencios.

Imposible afirmar que estamos frente a la afrenta más viscosa porque el 2007 fue un buen año para la impunidad. Luis Echeverría Álvarez fue exonerado. La Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado fue cremada sin que nadie llorara su irrelevancia. Vicente Fox se puso bravucón, se bajó del cuaco y se metió al Palenque para recordarnos que él solito "ganó" la elección del 2006. Felipe Calderón demostró sus dotes de médico forense cuando diagnosticó las causas de la muerte de Ernestina Ascensio. ¡Así se templó el cinismo!

La democracia se ulcera con la impunidad porque se desploma la credibilidad en las instituciones y se alienta el quebranto de las leyes. Las cifras lo confirman. En el sexenio pasado, la Secretaría de Gobernación hizo tres Encuestas Nacionales sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas. De acuerdo con los datos recabados por la Tercera ENCUP (2005), sólo el 16 por ciento piensa que en México las leyes se utilizan para defender los intereses de la sociedad. El 33 por ciento está convencido que la legalidad sirve a los poderosos y un 26 por ciento piensa que es usada para cometer arbitrariedades.

En derechos humanos estamos retrocediendo y, como antes, sólo queda buscar la justicia fuera. Lydia Cacho llevará su caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y si bien nos va en uno o dos años le darán un jalón de orejas al Estado incapaz de proteger las garantías individuales. La impunidad es la regla y la indefensión la norma. ¿Qué hacer?

Cada otoño en un auditorio de la Universidad de Harvard se anuncian los 10 ganadores de los IG Nobel (IG quiere decir innoble). Se premian las investigaciones más ridículas o irrelevantes o las decisiones políticas más nocivas. Es un ejercicio tan riguroso y serio que las preseas son en ocasiones entregadas por verdaderos ganadores de los Premios Nobel. En 1999 las secretarías de Educación de los estados de Colorado y Kansas fueron premiadas por ordenar que en los salones de clase se rechazara la teoría de evolución de Darwin a la que consideran poco científica. El reconocimiento fue una forma de ridiculizar a esa derecha ultraconservadora que ha llevado a una etapa superior del oscurantismo. El objetivo último de los IG Nobel es hacer reír y pensar.

Así pues, recordemos las coplas de Viva mi desgracia y saquemos del ropero el humor negro para crear los Premios Nacionales a la Impunidad. Es laborioso pero no difícil. Basta que un grupo de organismos civiles de derechos humanos establezcan un Consejo de Premiación encargado de elaborar un proyecto conjunto para buscar patrocinadores y financiamientos en México y el extranjero.

El consejo lanzaría una convocatoria para recibir de la sociedad nominaciones de aquellas personas o instituciones que durante el año en cuestión hubieran cometido más barbaridades sin recibir sanción. Las propuestas más promisorias serían entregadas por el consejo a un grupo de profesionales cuya tarea sería documentar, con variables rigurosamente establecidas, los méritos de las candidaturas. Las mejores serían entonces entregadas a un jurado de personalidades mexicanas e internacionales que tomarían una decisión a ser anunciada en vistosa ceremonia. Una fecha apropiada para los Premios Nacionales a la Impunidad 2007 podría ser el 29 de noviembre del 2008, primer aniversario de la ignominiosa decisión tomada por los seis ministros de la Suprema Corte a favor de Mario Marín.

Al mismo tiempo, el consejo de premiación convocaría a la comunidad artística para que sometiera propuestas de las estatuillas a ser entregadas a los y las galardonadas. Una posibilidad podría ser una cerámica de laqueado multicolor con las efigies de Luis Echeverría y Vicente Fox. Me los imagino con la expresión de las caritas del Tajín veracruzano, tomados de la mano y con sus extremidades libres haciendo señas: Echeverría tendría el puño izquierdo arriba y adelante como lo hacen los revolucionarios fieros; Fox tendría el brazo derecho alzado hacia el cielo y con sus dedos haciendo la V de la victoria.

Un ejercicio de este tipo permitiría documentar y celebrar una de nuestras tradiciones más arraigadas: la inventiva de los poderosos que siempre se las arreglan para evitar castigos, mantener cargos, incrementar fortunas. Con algo de suerte, algunos funcionarios, políticos o jueces se inhibirían un poco ante el riesgo de ser exhibidos en México y el mundo como candidatos a una de las preseas más nuestras. De entrada Mario Marín y su Suprema Corte se perfilarían como serios competidores al tan peleado Premio Nacional a la Impunidad 2007.


Correo electrónico: saguayo@colmex.mx


Justicia negociada

Angel Boligan



Exigimos la renuncia de los magistrados que exoneraron a Marín

Exigen ONG renuncia de los magistrados que exoneraron a Marín
proceso


lourdes godínez leal México, D.F., 4 de diciembre (apro-cimac).-

Organizaciones civiles que integran la campaña “Simplemente no lo aceptamos” exigieron hoy la renuncia de los seis magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que exoneraron al gobernador de Puebla Mario Marín, en el caso de las presuntas violaciones a los derechos humanos de la periodista Lydia Cacho.

En conferencia de prensa, representantes de la Red por los Derechos de la Infancia en México, Centro de Comunicación Social (Cencos), Católicas por el Derecho a Decidir e Infancia Común, entre otras, anunciaron también que llevarán el caso a instancias internacionales de derechos humanos.

Gerardo Sauri, de la Red por los Derechos de la Infancia, afirmó que con la exoneración de Marín Torres, la SCJN “blindó” al gobernador de Puebla, por lo que será difícil que prospere ésta y cualquier otra investigación relacionada con redes de pederastas.

Sauri lamentó el abandono de las instituciones y leyes que, a su juicio, "han colocado a los ciudadanos en la indefensión".

Por su parte, Alberto Athié, de Iniciativa Ciudadana para el Diálogo Democrático, dijo que la SCJN representaba, hasta hace unos días previos al fallo, "la última esperanza" en materia de acceso a la justicia para los mexicanos.

Sin embargo, apuntó, lo que se ha podido observar es una Corte sin autonomía que se ha convertido en un "grupo extraño y cada vez más lejano de la ciudadanía"; y acusó que "los poderes del Estado están al servicio de la mafia".

El activista exhortó a condenar socialmente a Mario Marín, conocido como el “gober precioso”, y a quienes se confabularon con él; además, anunció que este caso será llevado a instancias internacionales de derechos humanos donde se denunciará "que México se encuentra en un estado grave de indefensión” de las garantías fundamentales.

Los activistas coincidieron en que la SCJN ha mandado un mensaje muy claro de impunidad y de advertencia de peligro a quienes se atrevan a denunciar las redes de pederastas que operan en el país, pero lo más grave, dijeron, es que dejan en la indefensión y vulnerabilidad a las niñas y niños que ya están en riesgo.

Para Joaquín Aguilar, de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes, la resolución de la Corte evadió abordar el problema de fondo: los casos de abuso sexual, pederastia y explotación sexual y pornografía infantil representados por Mario Marín y el cardenal Norberto Rivera Carrera.

Así mismo, anunciaron que emprenderán una campaña para recolectar firmas de apoyo para exigir la renuncia de los seis magistrados, las cuales serán entregadas a la SCJN el próximo jueves.

Por la tarde de hoy, el Observatorio Ciudadano de los Derechos de las Mujeres civiles tenía programada una concentración frente a la SCJ para “enterrar” simbólicamente a la Corte; mientras que mañana miércoles profesores de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, realizarán a una manifestación pacífica afuera del máximo tribunal.

Jorge Flores Manjarrez


Más mercaderes que jueces.


¿En cuánto te vendieron, Lydia?
María Teresa Priego
6 de diciembre de 2007

La Suprema Corte votó que la pederastia no era el tema a debate. A pesar de las mil 250 páginas de investigación del ministro Silva. Algunos ministros tenían prisa. No había razón para concentrarse en el meticuloso ¿anecdotario? de Silva, acusado de tener mucha “imaginación”.

Al grano. El ministro Ortiz procedió, como quien aprieta el botón de una máquina de Coca-Cola: ¿se violaron las garantías individuales de Lydia o no? ¿Hubo colusión de poderes o no? Como si la memoria no existiera. La brutal concatenación de los hechos. Lydia en una carretera custodiada por judiciales. Es gravísimo. Pero además, ¿por qué le sucedió? ¿Cuáles son los contenidos de su lucha? ¿A quiénes amenazan sus denuncias? ¿Cómo funcionó la cadena de complicidades de quienes quieren callarla y desaparecerla? ¿Y las víctimas? El origen mismo de la historia. El abuso sexual a menores. Las redes de poder económico y político que protegen a los pederastas. Quedaban expulsados de la historia.

“Yo le digo a Lesly: ‘tráeme una de cuatro años’, y si ella dice “ya está cogida”, y yo veo si ya está cogida, veo si le meto la verga o no. Tú lo sabes que esto es mi vicio, mi pendejada”. Succar (2003). “Él es un empresario muy conocido, casado, un hombre de bien, padre de tres hijos, y nosotras éramos unas pendejas, pobres y putas, nadie nos creería nada, nos despreciarían todos”. Víctima de Succar (2004). “En el refugio, una pequeña de 11 años me tomó de las manos y con el rostro desencajado inquirió: ‘¿Verdad que tú no vas a dejar que nos hagan más daño?’ La respuesta que le di cambió mi vida” (2004). Lydia, en Memorias de una infamia. Ante una niña destrozada emocionalmente, comenzó la lucha frontal de Lydia contra las redes de pederastia. La protección y el apoyo a las víctimas. Votación final. Suprema Corte. Risa de clausura (2007). ¿De qué se ríe, señor ministro Ortiz Mayagoitia? Los jueces, ¿y los cortesanos? ¿De qué “demonios” se ríe?

“¿Te gusta meterte con hombres de verdad?”. Traslado de 20 horas, judicial apuntando a Lydia con un arma (2005). Las dos ministras votaron contra Lydia. La carretera oscura. El judicial: “Y si te tiramos al mar”. Lydia en silencio. “Por favor, mamá, por favor, que no me tiren al mar, nadie va a encontrar mi cuerpo”. ¿Acaso es más grave el voto de la ministra Cordero que el de Azuela? No en la suma. Sí en el contenido. Hay causas. Que a las mujeres nos atañen en la piel. El abuso de poder y la misoginia están allí. Feroces. Y sin embargo. La peor misógina, si es comparativamente peor que el peor misógino. Doblemente traidora. Doblemente omnipotente. Porque la misoginia femenina es —además— un bumerán.

“La obligación (de la Corte) de hacer siempre lo debido y no lo que resulta popular y de fácil comprensión para grupos muy numerosos de la sociedad”, dijo Luna. Lydia no es una cantante de rock, sus causas no son “populares”. Son justas. Indispensables. Sostenidas con un valor extraordinario. Y los ciudadanos no somos fans irresponsables, incapaces del más elemental juicio moral.

El lenguaje corporal de Cossío nos auguraba lo peor. Es un hombre noble. Sentado completamente de lado. Como si quisiera salir huyendo ante lo que venía. Lo peor llegó. Podría haber sido un juicio emblemático. Fue un chapoteadero en la ignominia. Seis ministros. ¿En qué mesas malbarataron a Lydia y a sus causas? ¿A cambio de qué? Más mercaderes que jueces. “Y si no cumpliere, ¡que la nación se lo demande!”. ¿La nación? Está en el duelo indignado de sus ciudadanos.

Propuesta cívica

Para seis magistrados

Jornada

Navegaciones

Pedro Miguel
navegaciones@yahoo.comhttp://navegaciones.blogspot.com

Voces sobre un fallo

La exasperante absolución de Marín

Hoy cedo el teclado a otras escrituras que también han sentido enojo, tristeza, desolación, náusea y vergüenza por el descaro con que el jueves pasado seis ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (Salvador Aguirre, Mariano Azuela, Margarita Luna, Guillermo Ortiz, Olga Sánchez y Sergio Valls) exoneraron a Mario Marín de las violaciones a las garantías individuales de la periodista Lydia Cacho, y perdón si no caben los mensajes completos. Señores magistrados: en rigor, las palabras que siguen no van dirigidas a Navegaciones, sino a ustedes.

Ricardo Sánchez Bravo: “Hace mucho tiempo dejé de confiar en nuestros líderes y en nuestras instituciones. Me da lástima que permitamos que esta gentuza –jueces comprados, senadorcitos y diputadillos– siga haciendo y deshaciendo impunemente mientras la nación mexicana, acobardada en su ignorancia, sufre las consecuencias”. Raúl Suárez Parra: “En esa mentada SCJN, los que la representan no sólo nos avergüenzan. Ellos son una de las causas principales que contribuyen a que nuestro país esté en las condiciones de injusticia social en que nos encontramos [...] Si estas señoras y señores son parte de la mafia que dirige nuestro país, ¿qué destino nos espera?” Luis del Pozo: “A veces me pregunto: ¿qué pasa que la gente acá permite que esas cosas sucedan? Pero me doy cuenta que no, que hay mucha gente con decoro que protesta”. Adriana Herrera Canales:“¡Qué impotencia, Pedro, qué impotencia!” José Alberto Zabaleta: “Inaudito, el resultado de la Corte. De pena ajena, cuánta crueldad”. Ramón Cavazos: “Qué más podemos esperar de los magistransas de la Suprema Cortesana de la Inanición. Todavía está fresca en la memoria el triste papel de la otra Cortesana (la electoral) que, no obstante reconocer el fraude electoral (pero ‘chiquitito’, según ella), le dio el triunfo a quien actualmente ocupa –indebidamente– la silla presidencial”.

(...)

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La marca de la casa


Los demonios de la Corte


jenaro villamil México, D.F., 4 de noviembre (apro).- --


Muchas gracias ministro, por haberle dado un coscorrón a esa vieja cabrona
–se escucha una voz opaca al otro lado de la línea telefónica.

--Al contrario, ya sabe usted que es nuestro héroe, chingao --responde entre risas el jurista.

--Ustedes son mis ministros preciosos.

--Bueno, hay que agradecerle a Olga Sánchez que cambió el sentido de su voto y a Margarita Luna Ramos que salió a leer un comunicado de prensa para explicar la resolución de la Corte. Para que no digan. Es la primera vez que la Suprema Corte explica así su sentencia.

--Es que ya estuvo bien de tanta difamación y tanta infamia.

--Así es… Estos temas nos gustan.

--Y para celebrar les mandaré a todos unas botellas bellísimas.

--Muchas gracias, pero no hace falta.

--Ja, ya lo sabíamos… De todas maneras, la Corte ya tiene aprobado un presupuesto precioso para el 2008.


Un diálogo imaginario de este estilo bien pudo haberse dado en algún momento de las horas de infamia que acompañaron a la sentencia de los seis ministros de la Suprema Corte que echaron por la borda la frágil línea de credibilidad y de esperanza que quedaba en el circuito de la justicia mexicana para analizar el caso de Mario Marín.

Los demonios del edén no se quedaron sólo en Cancún. Una vez más se demostró lo que Lydia Cacho sugirió en su libro: las redes del tráfico, abuso sexual y pornografía infantil constituyen una de las mafias político-financieras más poderosas y perniciosas en el país. Se estima que después del tráfico de armas y del narcotráfico, aquel constituye el crimen organizado que moviliza más recursos y establece pactos de complicidad e impunidad más difíciles de romper. Los propios ministros tuvieron en sus manos la escalofriante cifra de más de 9 mil menores que han sido víctimas de estas redes.

La mafia de los preciosos le demostró a todo el país que son capaces de cualquier ignominia con tal de defender la omertá que los vincula. Luego de la sentencia quedó muy claro que no se trata sólo de defender a Mario Marín ni a Kamel Nacif sino lo que ambos representan: el pacto de impunidad entre camarillas priistas y grupos del panismo que mantienen atenazado al gobierno de Felipe Calderón; el menosprecio permanente ante las violaciones documentadas de derechos humanos; una nueva doctrina que coloca a los periodistas que se atreven a investigar y a indagar en el papel de acusados; la misoginia institucionalizada y ahora teorizada por el ministro Mariano Azuela, que tuvo la desgracia de argumentar que lo que le sucedió a Lydia Cacho no fueron violaciones “determinantes” ni graves; el oscuro secreto de los pederastas que, como vimos desde el caso del padre Marcial Maciel y en las recientes denuncias contra un sacerdote de la Arquidiócesis de México y contra maestros en el Distrito Federal, Michoacán y Oaxaca, encontrarán la fórmula eficaz para salirse con la suya.

A pesar de la impudicia, el verdadero problema para los ministros que le dieron entrada a los demonios en la Corte es lo que ellos nunca calcularon: la ola de indignación y enojo de una sociedad que ya no está dispuesta a quedarse sólo a la expectativa y a tragarse los argumentos leguleyos que amparan la impunidad.

Esa es la peor sentencia para Mario Marín, para su abogado Alonso Aguilar Zinser --ave de múltiples tempestades--, para los seis ministros, para un impávido Calderón Hinojosa que olvidó su promesa de justicia ante los poblanos y para toda la cúpula priista –desde Beatriz Paredes hasta Manlio Fabio Beltrones-- que cerraron filas en torno del gobernador poblano. Los demonios quedaron desnudos ante la opinión pública. Y ésta ya sabe de qué tamaño es el infierno.

Comentarios: jenarovi@yahoo.com.mx

DEL FER:

el fer SUPREMA
del sendero

La ínfima corta de injusticia


Detrás de la Noticia
Ricardo Rocha
06 de diciembre de 2007

La ínfima corta de injusticia

Así ha rebautizado la voz popular a lo que alguna vez fue la Suprema Corte de Justicia: ínfima porque es la dimensión a que ha quedado reducida; corta porque en muchos habita la sospecha de corrupción; y de injusticia porque es unánime el clamor en contra del fallo que exoneró a Mario Marín y castigó a Lydia Cacho.

Nunca como ahora había yo percibido tal intensidad de rabia frustrada. Jamás, tantos y tan feroces adjetivos para denostar una institución en algún tiempo respetada. Los insultos son cada vez más estruendosos, pero también cada vez más merecidos. Y es que pocas veces se ha generado una repulsa tan unánime como la concitada por el góber precioso y, por lo tanto, una irritación tan furiosa como la provocada por el fallo de los seis ministros del oprobio: los ultraconservadores y extremoderechistas Mariano Azuela y Salvador Aguirre Anguiano, los grises Guillermo Ortiz Mayagoitia y Sergio Valls, y las volubles Olga Sánchez Cordero y Margarita Luna que —después de tantos devaneos— decidieron que las violaciones a niños y niñas de este país no eran materia del caso —cuando fueron su origen—, y que Lydia fue violentada pero no tan gravemente.

Como nos temíamos la semana pasada, la Corte emitió una resolución altamente sospechosa a favor del poder. Una determinación que sólo se explica por cualquiera de tres factores: ineficiencia, cobardía o corrupción. El primero, difícil de creer, porque no han llegado ahí por tontos. El segundo, profundamente lamentable si no tuvieron el valor suficiente para resistir las presiones políticas. El tercer factor sería alarmante, porque acabaría con el último bastión de esperanza en la justicia.

Nos remitiría necesariamente a aquel negrísimo episodio en que en 1986 el ministro Ernesto Díaz Infante liberó al pederasta y criminal Alejandro Braun, quien secuestró, violó, asesinó y descuartizó a la niña Merle Yuridia Mondain, de seis años. El ministro, quien estuvo prófugo una década y luego preso recibió hasta su muerte su sueldo de 140 mil pesos. Por cierto, Díaz Infante estableció por la liberación del chacal una tarifa de 500 mil dólares.

El caso es que hoy la inmensa mayoría de los mexicanos cree que los ministros actuaron bajo presión o bajo coacción. Nadie podrá creer jamás que se trató de una decisión sensata y justa. La explicación balbuceante sobre la ilegalidad de las grabaciones entre Nacif y Marín es un insulto a la inteligencia porque todos sabemos que hay un cúmulo de pruebas adicionales sobre el contubernio de empresario, gobernador y una caterva de funcionarios mafiosos.

A propósito, los seis ministros coludidos habrían de leer el nuevo libro de Lydia Cacho, Memorias de una infamia, si es que se atreven: en él, la periodista narra su secuestro en Cancún por la policía judicial al servicio de Mario Marín; el recorrido de pesadilla de más de 20 horas a Puebla; la tortura física y sicológica a que fue sometida durante un vía crucis de horror; y su resistencia a todo un aparato de gobierno que intentó encerrarla y castigarla en prisión aun antes de cualquier juicio. Me pregunto si las ministras Sánchez Cordero y Luna Ramos vivieran algo similar, dirían después que no fueron violaciones graves a sus derechos humanos. También Díaz Infante encontró justificaciones para liberar al asesino de aquella niña.

Pero más allá de la inmoralidad, el caso de Lydia y el góber precioso ha sido tan paradigmático que ya no hay manera de cambiar las percepciones: Lydia es una heroína civil; Marín es un esbirro del dinero de Kamel y la corta, perdón la corte —así, con minúsculas— una oficialía de partes de ambos cómplices.

El juicio público es tan contundente que no va a variar un ápice aun cuando la mencionada entidad —dejémoslo así— siguiendo los postulados de Mario Marín está empeñada en una ridícula campaña de spots para lavarse la cara. Otros que piensan que todos somos idiotas. Por eso los ministros Genaro Góngora Pimentel, Juan Silva Meza, José Ramón Cossío y José de Jesús Gudiño Pelayo, que sí votaron a conciencia, piden que se les juzgue aparte.

En tanto, el daño está hecho. La ahora mínima corta de injusticia ha herido profundamente al país. Por eso el caso ha de ir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. No hay duda. Necesitamos otros jueces.

ddn_rocha@hotmail.com

DE CINTHIA BOLIO:

CBCent_CortePreci

Para goberprecisar nuestro optimismo


Carlos Monsiváis


Sección "La realidad es un rumor no verificado"


1MIÉNTENOS MÁS QUE TE HACE TU COMPLOT FALAZ.


"Se habla de un complot en el cual jamás participamos; nunca (La inocencia es una virtud de los lectores que se perdió a causa de una conversación telefónica entre el góber precioso y don Kamel Nacif. La R.). Y puedo asegurar que al gobernador de Puebla no lo conozco y nunca hubo una petición telefónica para posibilitar la aprehensión de la periodista… Nosotros, a través de las oficinas en Cancún nos limitamos a cumplir los acuerdos de coordinación entre procuradurías; ellos, los judiciales de Puebla, presentaron una orden de aprehensión y una solicitud de cooperación de la procuraduría de Puebla. Todo en regla".


Bello Melchor Rodríguez Carrillo, procurador de Justicia de Quintana Roo, al rechazar el complot para apresar a Lydia Cacho. Nota de Fernando Meraz, Milenio Diario, 29 de noviembre de 2007.


2LA DEFINICIÓN DE "ADIVINANZA" DEL MINISTRO DE LA CORTE EXALTA LA AMNESIA PROGRAMADA, Y LE PERMITE a LA IMPUNIDAD HACER SU JUEGO: "A VER, AGUA PASA POR MI CASA, CATE DE MI CORAZÓN" ¿QUÉ ES? (RESPUESTA A CORO: "¡PROTECCIÓN DE LA IMPUNIDAD!")


"La verdad es que el registro de todo el revoltillo de llamadas entre dependencias del estado de Puebla no prueba nada… Es adivinanza sobre la adivinanza".
Ministro Salvador Aguirre Anguiano al cuestionar el dictamen que responsabiliza a Mario Marín del secuestro de Lydia Cacho. Nota de Víctor Fuentes, Reforma, 28 de noviembre de 2007.


3ES MÁS, AQUÍ EN PUEBLA VAMOS A CONSTITUIR LA SUPREMA CORTE DE LA PRECIOSIDAD, Y TODO POR VÍA TELEFÓNICA.


"No va a afectar ni a la gobernabilidad ni el trabajo de Mario Marín; tenemos gobernador hasta fin de sexenio, que son tres años en los que Mario Marín seguirá gobernando a los poblanos. Ellos (los ministros) que sigan aprobando sus cosas y nosotros seguimos aprobando las nuestras".


Mario Montero, secretario de Gobernación de Puebla, al desestimar una posible resolución de la Suprema Corte en contra de Mario Marín. Nota de Francisco Rivas, Reforma, 27 de noviembre de 2007.

(...)

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Postal preciosa - Helguera

La suprema corta

¡Qué lindas!...

Guadalupe Loaeza

4 Dic. 07


Queridas ministras Luna y Sánchez: Les escribo para felicitarlas, para decirles cuán orgullosa estoy de ustedes. No hay duda que sin su voto a favor de Marín, se hubiera salido con la suya la "cabrona" de Lydia Cacho. Afortunadamente a las dos ministras de la Suprema Corte de Justicia no les tembló la mano y actuaron con estricto apego a derecho, aunque la víctima hubiera sido una mujer. Créanme, mis queridas ministras, que las admiro por objetivas, imparciales y patriotas. Sé que ambas actuaron con gran transparencia y que pusieron en éste, como en todos los casos que suelen investigar, lo mejor de ustedes para servir correctamente al país. Igualmente sé la gran empatía y sensibilidad que pusieron especialmente en relación al "caso de Lydia Cacho". Las admiro por su fuerza de carácter y porque no se dejaron influenciar por los otros ministros que estaban contra del pobre gobernador de Puebla, a quien no han dejado de acosar por infamias sin fundamento de esa periodista tan fantasiosa. Como bien dijera mi admirada ministra Sánchez: "No existe una prueba contundente, ni el enlace de ellas, en donde nos permitan afirmar, sin lugar a dudas, que efectivamente el gobernador de Puebla dictó esas órdenes para que concretara esta violación". Bien dicho, Olguita (perdóneme la confianza pero como casi diario la veo por la tele, ya siento que usted es mi amiga). Sí, doña Olguita, la admiro por clara y por directa. Además, no hay que olvidar que usted con toda la empatía que la distingue reconoció que esa "periodista" sí fue víctima de tortura psicológica, pero que sin embargo no existen pruebas suficientes que inculpen a Mario Marín en los hechos, ni tampoco en las autoridades del Poder Judicial del Estado. ¿Qué más quería esa señora que usted dijera?


La que también estuvo muy, muy bien en el "caso Lydia Cacho" fue la ministra Margarita. Qué mujer tan inteligente y preparada. Qué manera de fajarse los pantalones y de hablar en nombre de los demás ministros, al decir que "por mayoría de votos de sus integrantes presentes, la Suprema Corte resolvió este asunto en los términos indicados por el párrafo segundo del artículo 97 de nuestra Constitución". ¿Verdad que cuando no hay pruebas contundentes de que hubo una conspiración entre autoridades y la "periodista" no hay nada que hacer? ¿Cómo que una grabacioncita telefónica entre el pobre gobernador de Puebla y el empresario textilero puede servir como una evidencia concreta? A mi manera de ver, doña Margarita, hizo muy bien al argumentar que "en el caso concreto (de Lydia Cacho) la premisa de la que parte la solicitud de investigación fue una grabación obtenida en franca violación al artículo 16 de la Constitución y, por tanto, no tiene valor probatorio alguno, según lo determina el propio precepto constitucional en su párrafo décimo". Por cierto, respecto a esta conversación me pareció de pésimo gusto que el ministro Góngora Pimentel, en una sesión del pleno de la Corte, se permitiera leer íntegramente la transcripción del diálogo.

Me pregunto, ¿cómo osó el ministro semejante atrevimiento frente a la presencia de dos distinguidas damas, ministras de la Corte como son ustedes dos? He allí un acto de machismo sin precedentes. También ustedes, como el rey de España, mis queridas y admiradas ministras, le hubieran podido decir a Góngora Pimentel: "¿Por qué no te callas?" Ya me imagino lo que han de haber sufrido ese día ante tantos improperios.


Pasando a otra cosa, un poquito más agradable, ¿verdad que Olguita y usted doña Margarita son muy buenas amigas? Lo digo porque es evidente que piensan igual y que actúan con la misma firmeza. Díganme si seguido se van juntas a comer para hablar de los casos que tienen que resolver. Imagino que el jueves pasado después que se rindió el dictamen a favor de Marín, el gobernador les llamó por teléfono para felicitarlas (seguro que para Navidad les mandará grandes canastas con muchas botellas de cognac). Me pregunto si esa noche no se fueron a cenar a un restaurante muy elegante y si no brindaron con los abogados defensores del gobernador de Puebla y con Kamel Nacif. También ellos han de haber estado súper felices, ¿verdad? Justamente al otro día del dictamen, Lydia Cacho le dijo a Carmen Aristegui que uno de los abogados estaba tan contento que hasta exclamó: "¡Ya chingamos!" Qué curioso, porque la misma expresión, aunque no muy correcta, la empleé respecto a mis dos ministras consentidas: "¡Doña Olguita y doña Margarita son un par de chingonas porque ya se chingaron a esa periodista tan exagerada!", me dije. Por otro lado, les confieso que las que están furiosas en relación a su dictamen son mis amigas feministas: "Bonito mensaje le enviaron los ministros a las mujeres", me dijo una. Otra me llamó para decirme: "Los agresores son todos hombres y las mujeres víctimas, es decir Lydia Cacho y las niñas abusadas, noventa por ciento de los pedófilos, son hombres...". Por su parte, Gloria Manzur, presidenta de "Mujeres en Lucha", me escribió un correo muy indignado que dice: "Había una vez un grupo de Mujeres en Lucha por la Democracia que soñaba con un país mejor, durante casi 20 años clamó, luchó, marchó, apoyó y legisló a favor de leyes justas y protectoras para las mujeres. Pero eso... eso era un sueño. Pues al despertar la Suprema Corte de Justicia de la Nación con dos mujeres entre sus integrantes, había avalado con la ley las sucias trapacerías de un gobernador y un empresario involucrados en la pederastia que maltrataron, humillaron y pisotearon los derechos civiles de una mujer luchadora... como ellas". Por más que les explico que ustedes son dos profesionales, sumamente respetuosas de la ley y del Estado de Derecho, no las convenzo.


Por último quiero que por favor me saluden al fino ministro Aguirre Anguiano cuya declaración me dio mucha luz (y esperanzas). Me pareció tan oportuna y acertada: "Si a miles de personas las torturan en este país, ¿de qué se queja la señora? ¿Qué la hace tan diferente o más importante para distraer a la Corte en un caso individual?" Es que el ministro tiene toda razón, ¿acaso no los ha distraído ya demasiado el "caso Lydia Cacho"? ¿Cómo van a tener tiempo de investigar las redes de explotación sexual infantil?
Reciban, doña Olguita y doña Margarita, todo mi respeto y consideración. Las felicito por su gran actuación como ministras de la Suprema Corte de la Nación. Gracias a ustedes y a los ministros Ortiz, Azuela, Aguirre y Walls, con su dictamen, Lydia Cacho recibió otra buena tanda de coscorrones...




Los verdaderos intocables

La corte vendida

Ayer y hoy tuvimos problemas de conexión, pero ya se han solucionado, nos quedamos con unas notas pendientes sobre el ignomioso caso de Lydia Cacho y la barbajana corte de injusticia, hemos hecho una pequeña selección de notas y artículos.


Comentamos el hecho de que el conocer esta situación ha sido motivo de indignación para este blog, además que ayer Le Monde publico una nota que posteamos aquí, en donde da cuenta de la situación y aberración de la corte, queremos subrayar que fue una de las notas mas leidas, recomendadas del dia de ayer.

Aqui algunas notas:

Jornada

Injusticia en la Suprema Corte

Arnoldo Kraus

¿Qué queda entre las aguas que sepultaron buena parte de Tabasco y la exoneración del gobernador de Puebla, Mario Marín, por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)? Queda el México atrapado por la injusticia, el México sin solución y con mínimas esperanzas sobre temas tan críticos como la ética de los funcionarios públicos. Queda también el incremento en el descrédito hacia el gobierno y el repudio hacia sus instituciones.

Mientras que las aguas desvelan mucho de lo que no hicieron los gobernadores y sus secuaces en Tabasco, el fallo, ya desde ahora histórico de la SCJN, al exculpar al gobernador Marín de las acusaciones por la violación de las garantías individuales de la periodista Lydia Cacho muestra el desprecio de la Corte hacia el grueso de la población mexicana.

En el México contemporáneo, la naturaleza y algunos de los encargados de impartir justicia hermanan a la población; ambos actos exponen la brutal desprotección de la sociedad y, en el caso de la periodista, la inutilidad de la razón. El affaire Marín-Cacho-SCJN refleja también otras realidades execrables y temibles que pueden resumirse en las siguientes preguntas: si se exonera a un gobernador, a todas luces responsable ante la opinión pública nacional y mundial de vulnerar los derechos humanos de una periodista, cuyo nombre ha recorrido el planeta, ¿qué le espera a la población innominada y cuáles son las lecciones de esta lamentable decisión?

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El fallo de la Corte “dota de poder” a pederastas, advierten grupos civiles

Alma E. Muñoz

Al exculpar al gobernador Mario Marín de haber violado las garantías fundamentales de la periodista Lydia Cacho la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) “dota de poder” a las mafias involucradas en la pederastia y da un “manotazo institucional” a la libertad de expresión, advirtieron defensores de los derechos humanos y víctimas de violaciones sexuales.

Rosario Ibarra: “cómo darán la cara a la sociedad”