Insurrección contra Calderón
Erika Ramírez, David Cilia, fotos / enviados
La estabilidad social del país pende de un hilo. La crisis política y social que enfrenta el pueblo de Oaxaca será el principio de una revolución que hará caer a Felipe Calderón de la Presidencia de la República.
Oaxaca, Oax.-En la entidad se gesta la revolución del siglo XXI, aseguran los miembros del Consejo Estatal de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (CEAPPO). La miseria que oprime al país recibirá al presidente electo, Felipe Calderón Hinojosa, con una lucha constante a lo largo y ancho de toda la República que no permitirá que su mandato concluya, anticipan.
Son 260 consejeros del CEAPPO provenientes de las clases sociales marginadas del estado. Obreros, campesinos, indígenas, organizaciones sociales, maestros, estudiantes, todos con un factor común: el hartazgo de sobrevivir en la miseria.
Para ellos y miles de oaxaqueños, la continuidad de la derecha y del modelo neoliberal en el poder no dan más esperanzas que la de iniciar con una revolución civil y pacífica. “No hay nada que perder, no tenemos nada más que liberarnos de la explotación a la que hemos sido sometidos durante más de 500 años”, es la consigna.
Mientras las multitudes avanzan en cada manifestación, se oye: ¡Ulises ya cayó, le sigue Calderón!
El reclamo popular que exige la salida del gobernador Ulises Ruiz no se reduce a ello, este es un movimiento que trascenderá a nivel nacional, advierte Juan Sosa Maldonado, representante de la Organización de Pueblos Indígenas Zapotecos de la región Loxicha.
El hombre que en 1996 fue acusado de pertenecer al Ejército Popular Revolucionario, y torturado por las autoridades estatales acentúa que “Felipe Calderón llegó a la Presidencia violentando la voluntad popular, que se fraguó desde las más altas esferas del poder”.
El indígena zapoteco, uno de los 260 consejeros del CEAPPO, se ha mantenido en lucha constante en contra de las desapariciones forzadas, tortura, ejecuciones extrajudiciales, violaciones, detenciones ilegales y desplazamiento forzado de la población Loxicha. Recalca que el ascenso Calderón “fue un fraude que tendrá sus consecuencias”.
“Un fraude que tuvo que ver con todo el aparato del Estado operando para que un panista vuelva a la silla presidencial e instrumente las reformas estructurales que Vicente Fox no fue capaz de echar a andar.
“Si Ulises Ruiz no abandona el cargo, no presenta licencia o si el gobierno federal no actúa en consecuencia con lo que se ha comprometido, tendríamos que marchar otra vez a la capital, llevar a cabo alianzas estratégicas que le permitan al pueblo mexicano no aceptar las políticas fascistas que van a emanar de Felipe Calderón”, acentúa.
Ante la situación que se vive en el sur del país, donde se concentran casi 50 millones de mexicanos en la de miseria, Sosa Maldonado advierte que a Calderón le resultará difícil controlar al pueblo. “Dada la situación de pobreza y marginación que se aprecia sobre todo en el sur de la República, siempre habrá conflictos, desatención y crispación social”.
La desigualdad
Roberto Álvarez López, delegado del CEAPPO por la región de Tuxtepec, coincide con la postura de Sosa Maldonado y agrega que “nuestra lucha no es a corto plazo. A Felipe Calderón le espera una gran movilización porque no entendemos que pueda llegar a gobernar si no es a través de la represión. Para nosotros es claro que va a utilizar la misma política de Vicente Fox, pero estamos preparados.
“El asunto no es quitar y poner presidentes para transformar la sociedad, esto es parte de un proceso, la salida de Ulises Ruiz, la caída de Calderón, es parte de todo lo que se está gestando. Buscamos la transformación del país y para eso vamos a trabajar. El nuevo presidente tal vez tarde uno o dos años en caer, pero lo importante será lograr una gran acumulación de fuerzas para que los medios de producción pasen a manos del pueblo”.
El hombre de raíces indígenas señala que la zona en la que habita ha sido caracterizada como la segunda región más productiva del estado. En ella se encuentran grandes industrias como la cervecera Modelo y el ingenio azucarero Adolfo López Mateos, que han contratado mano de obra barata en la zona.
“En Tuxtepex hay gran cantidad de indígenas chinantecos y mazatecos que se dedican a la pesca en la segunda presa más grande de Latinoamérica, Cerro de Oro, mientras que en el centro de la región los jornaleros agrícolas se contratan como mano de obra barata en el ingenio azucarero.
“Vivimos en una región muy pobre porque hay un desplazamiento de nuestros indígenas. Hombres y mujeres se trasladan de sus comunidades y se van a un lugar de reacomodo, a muchos los encuentras en las calles vendiendo sus productos agrícolas y muchos más andan pidiendo limosna, esto se debe a que hay una gran pobreza en la zona.
“Se maneja a nivel gubernamental que somos la segunda región más rica, pero rica para quién. Lo es para los ganaderos, los industriales, para nosotros el hecho de que estén las grandes industrias, como la cervecera Modelo que tiene una producción internacional inmensa, no quiere decir que los pobres de ahí tengamos algún beneficio”, expone el delegado del CEAPPO.
Las mujeres
Patricia Jiménez trabaja en la UABJO, ha contribuido al movimiento que fue iniciado hace casi siete meses. Ella se desempeña como taquimecanógrafa, no obstante que sus niveles de estudio alcanzan la maestría en educación.
Su militancia en la APPO inició cuando las mujeres se coordinaron para tomar las instalaciones del canal nueve, el primero de agosto pasado, acudir a la marcha de las cacerolas el 15 de septiembre y exigir la salida de Ulises Ruiz al unísono con sus compañeras de lucha.
Ella simpatiza con el movimiento porque en Oaxaca “las condiciones de vida de las mujeres son terribles. Tan sólo en la ciudad no hay oportunidades de educación. Se vienen de otras comunidades como trabajadoras domésticas para recibir un salario miserable y en el caso contar con trabajo no tienen acceso a las guarderías. Las condiciones en el campo empeoran, ahí hombres y mujeres padecen hambre, falta de empleo y no tienen acceso a los servicios de salud”.
Madre soltera, Patricia Jiménez pasó de ser taquimecanógrafa de la UABJO a productora de televisión durante los 20 días que mantuvieron tomado el canal del estado.
“La situación que vivimos es paupérrima, pero las condiciones políticas son peores, no he tenido oportunidad de ser académica a pesar de ser egresada de la UABJO, porque nunca he estado de acuerdo con el PRI ni con el porrismo que se ha desarrollado en la universidad.
“El Consejo Estatal de Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca está conformado con el 30 por ciento de la participación de las mujeres en los puestos de la dirección, lo que es un avance”, dice.
Integrante de la organización Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas Primero de Agosto, la empleada de la UABJO sostiene que la lucha que está llevando el CEAPPO ya tiene réplicas en los estados con mayores índices de miseria en nuestro país: Chiapas, Guerrero, Estado de México, Michoacán.
“Por la incapacidad de los gobernantes para resolver los problemas del país y por la poca sensibilidad de la derecha para responder a las necesidades del pueblo, creemos que Felipe Calderón llegará al inicio de la revolución del siglo XXI”, concluye.
El magisterio
Carmen López Vásquez, militante de la sección 22 del magisterio, advierte que este movimiento es resultado del cansancio causado por las injusticias. “La pobreza en la que vivimos la mayoría de las familias es ofensiva, como maestra he tenido que ver y vivir la miseria que hay en las comunidades y en la capital. Los niños llegan sin un vaso de leche en el estómago, no rinden, no aprenden como deberían”.
Vinculada con la guerrilla por algunos medios de comunicación, la profesora de preescolar señala que estas acusaciones “son calumnias” y se deben a la participación que ha sostenido a través de la radio, espacio que le ha permitido manifestar su descontento con el rezago y la desigualdad social.
La locutora de Radio La ley critica a las instituciones pues dice que los representantes elegidos por el pueblo no han cumplido con las expectativas de la gente pero sí al sistema neoliberal que impera en el mundo.
“Es evidente que Felipe Calderón como representante de la derecha en México viene con mano dura, con una insensibilidad social hacia las demandas del pueblo”. Sin embargo, advierte que el presidente, “llega con mucha debilidad porque no es un presidente de consenso sino impuesto”.
“El hecho de que llamemos hoy al movimiento de los oaxaqueños como la posible revolución del siglo XXI es porque ya estamos ante una insurrección civil pacífica. El gobierno hace oídos sordos, es omiso y negligente y por supuesto que los demás pueblos se pueden organizar”, dice.
Para Carmen “a Felipe Calderón le espera mucha lucha del pueblo de México que está cansado de la corrupción de los funcionarios y la vejación a los derechos fundamentales. Ahora queremos posibilidades de desarrollo”.
El CEAPPO
Flavio Sosa Villavicencio, integrante del CEAPPO que ha participado en las mesas de negociación sostenidas en la Secretaría de Gobernación, con el fin de dar solución al conflicto en Oaxaca, explica cuáles son los principales objetivos de la organización, que del 10 al 13 de noviembre se discutieron en un congreso constituyente:
Hay un planteamiento en tres niveles; primero, consolidar la organización a nivel estatal retomándose las formas de organización de los pueblos de Oaxaca (tequio, comunalidad y la Guelaguetza) y sentando las bases de lo que tiene que ser el poder popular; segundo, transformar la revuelta popular en revolución pacífica democrática, y tercero, proyectar la lucha a nivel internacional de manera tal que nos permita formar parte de un movimiento mundial contra el neoliberalismo.
Sosa Villavicencio no duda en decir que a raíz de la organización que nace en Oaxaca se está gestando la revolución del siglo XXI, ya que “este movimiento suma su voz a la de millones de excluidos por el sistema neoliberal. Seguramente está contribuyendo a que la esperanza siga viva y lo va a hacer de manera efectiva para llevar a cabo las transformaciones necesarias para enfrentar a la derecha”.
Esta revolución que avizora el líder del CEAPPO podría ser el Talón de Aquiles del gobierno de Calderón Hinojosa ya que “si Ulises no se va, Calderón no pasará. Esta es una consigna, un posicionamiento político que se va a ir materializando en tanto no se muestre la voluntad política para arreglar la crisis en Oaxaca. La estabilidad política nacional pasa por la solución de este conflicto”, sostiene.
Publicado: Diciembre 1a quincena de 2006 | Año 5 | No. 69