Boligán: Septiembre 15

El solito se cae

NO ES NECESARIO TUMBAR A CALDERÓN LOS QUE LO PUSIERON LO VAN A QUITAR...

José Luis Sierra V.


No hay que dejarse asustar. No hay que perder perspectiva cuando se analizan cuestiones políticas. La advertencia de Porfirio Muñoz Ledo de que Felipe Calderón se va antes del cambio de año no constituye un LLAMADO A LA INSURRECCIÓN. Tan sencillo como sigue: don Porfirio no tiene la fuerza política ni tampoco el carácter o la capacidad de liderazgo para convocar y llevar a buen término una aventura insurreccional. ¿Hasta aquí, vamos bien?

Si la advertencia de Muñoz Ledo cobró tanta relevancia mediática y, por consecuencia, política, fue porque LOS MEDIOS se la dieron, se la quisieron dar. Y aquí es donde empieza el análisis. LOS MEDIOS, su nombre lo dice, son medios que sirven a 'alguien' y 'para algo'. Así que fueron los dueños de esos medios y los que PUEDEN VALERSE DE ELLOS (los llamados PODERES FÁCTICOS) los que aprovecharon la declaración de Porfirio Muñoz Ledo para 'llevar agua a su molino'.

No debemos olvidar que fueron los mismos protagonistas, usando los mismos medios, los que hicieron todo para impedir el triunfo de Andrés Manuel López Obrador y para poner a Felipe Calderón, al precio que fuese, en la silla presidencial.

Y ahora, son los mismos protagonistas, que se valen de los mismos medios, para meterle una cuña a Felipe Calderón, una cuña que es en realidad el inicio de una estrategia desestabilizadora dirigida a su remoción. Quienes lo impusieron antes, ahora lo quieren remover, simple y sencillamente porque no les da resultados, ni a ellos, ni al país.

La inseguridad y el asesinato de Fernando Martí son cosas que les importan un bledo a los superpoderosos de este país. Pero son causas que congregan masas y que propician toda clase de radicalismos. Por eso 'abanicaron' la marcha del sábado 30, apenas horas antes del Primer Informe de su 'empleado'.

Leer completa

Omar: De entre las manos

El terror en la republica del spot

Carlos Monsiváis

Temor, terror y sus variantes

No se dispone de tiempo mental para otro tema: las granadas arrojadas miserablemente a la multitud en Morelia y los 24

jóvenes albañiles asesinados en Huixquilucan y cuyos cadáveres aparecieron en La Marquesa. Esto en el centro de la obsesión evocativa; al lado:

—Los miles de ejecutados, por lo común integrantes del narcotráfico, pero, crecientemente, personas que allí se hallaban, por esa casualidad que ya no lo es tanto.

—Los secuestros, que han desmoralizado y en gran medida desmovilizado a la sociedad y cuyo ejemplo más trágico es el del niño Fernando Martí, pero que no se confina en una clase social; abarca incluso a los habitantes de colonias populares. En días pasados, una criatura en una zona pobre fue asesinada porque, de seguro, sus padres no pudieron pagar el rescate. Caen algunas bandas, pero el mecanismo sigue inalterado.

—Los levantones, anuncios irremisibles del asesinato o de los asesinatos de los levantados, previa tortura y angustia de las familias

—Las pruebas de la prepotencia: así, por ejemplo, el joven militar herido por unos “desconocidos” (ya sinónimo del narco) al que recoge una ambulancia que huye perseguida por los asesinos frustrados; así, por ejemplo, en un número elevado de ciudades las incursiones de los narcos en las discos, que cierran y donde obligan a las jóvenes a bailar con ellos; así, por ejemplo, los asaltos en la frontera norte a restaurantes a la hora de la comida, con el despojo consiguiente y la fuga del grupo delincuencial con varios de los automóviles (choferes no les faltan).

—El aniquilamiento de la vida nocturna en las ciudades de la frontera norte, y no sólo allí. Salir a cenar, al teatro o al cine se vuelve una “aventura” al margen de las consecuencias específicas.

Leer completa
s