Noviembre 6
Calderón gasta en propaganda 18 veces más que los $200 millones ofrecidos a Tabasco
A pesar de su compromiso (“vamos a reconstruir Tabasco, cueste lo que cueste”) y sus tres recorridos por la zona de desastre, parece que el inquilino de Los Pinos no alcanza a entender la proporción del problema ni la magnitud del drama tabasqueño. Ello, porque apenas cuatro días atrás tomó el micrófono para asegurar a propios y extraños aquello de “cueste lo que cueste”, pero ayer le puso números a la prometida reconstrucción mediante la creación de un fondo que arranca con 200 millones de pesos, etiquetados para pequeñas y medianas empresas de la entidad.
¿Es mucho o poco? Para dar una idea, esos 200 millones de pesos representan sólo 0.9 por ciento de los aproximadamente 22 mil millones de pesos que, oficialmente, el gobierno de Tabasco estima costará la reconstrucción del estado. Al mismo tiempo: a) 200 millones de pesos, y algo más, los gasta el gabinete de la “continuidad” en comidas, viajes y celulares; b) en este 2007 el propio Calderón erogará una cantidad 18 veces superior (3 mil 700 millones de pesos) en propaganda, esos somníferos promocionales con los que día y noche bombardea a la población y transmite a través de los medios electrónicos, y c) es una cantidad que el propio michoacano gastará en 2008 para el uso del sistema de transporte aéreo presidencial.
Entonces, para uso del michoacano es muchísimo dinero, una verdadera fortuna si se le compara con los resultados ofrecidos, pero para el millón de tabasqueños damnificados, la reconstrucción del estado y las tareas más urgentes, 200 millones de pesos sólo representan una muestra de humor negro de lesa patria, sobre todo si se recuerda que en abril pasado, con el poder de su firma, el inquilino de Los Pinos condonó, total o parcialmente, 2 mil 179 millones de pesos en créditos fiscales a cuatro clubes de fútbol; 2 mil 675 millones a una compañía editorial, y mil 522 millones a dos cadenas televisivas, por las que transmite sus soporíferos promocionales. En total, 6 mil 376 millones de pesos (se citan sólo esos ejemplos, pero hay muchos más), un monto casi 32 veces superior a los 200 millones destinados a la reconstrucción tabasqueña, y sólo para Pymes.
No hay proporción ni equidad: si los equipos de futbol revientan, problema de sus dueños y su afición, igual para la compañía editorial y las dos cadenas televisivas. Lamentabilísimo que pequeñas y medianas empresas se asfixien financieramente, pero lo que de ninguna manera puede permitirse es dejar a su suerte a un millón de personas que no tiene ni para comer.
Para rematar, ayer dijo el inquilino de Los Pinos que “México está siendo puesto a prueba por estas inclemencias de la naturaleza”. Pues no, tampoco atinó. Lo que verdaderamente está a prueba es el tamaño del gobierno (federal y estatal), y hasta el momento no aprueba ni de panzazo (de ello dan cuenta las más cariñosas cuan recientes encuestas sobre la aprobación/ rechazo de los ciudadanos en torno al desempeño del michoacano). Y de tarea, la ONU le dejó la siguiente planilla: “la tragedia en Tabasco pudo prevenirse con medidas relativamente sencillas y baratas…” (Sálvano Briceño, director de la Estrategia Internacional de Reducción de Desastres del organismo).