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Proceso

Revela la CIA cómo intentó asesinar a Fidel Castro en 1960

de la redacción México, D.F., 26 de junio (apro).- Desclasificados los documentos ultra secretos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el gobierno de Estados Unidos dio a conocer hoy los detalles sobre un fallido intento de asesinar al presidente de Cuba, Fidel Castro, con la complicidad de un mafioso de Las Vegas y un funcionario cubano; además, reveló algunos otros abusos perpetrados por este organismo entre los años 50 y 60.

El director de la CIA, el general Michael Hayden, adelantó la semana pasada que su agencia desclasificaría los documentos.

Conocidos como “joyas de la familia”, los documentos desclasificados por la CIA dan cuenta de las actividades de espionaje realizadas en contra de periodistas y disidentes, así como intentos de secuestro.

Cerca de 700 páginas de documentos desclasificadas revelan cómo la CIA recurrió a un miembro de la mafia de Las Vegas, Johnny Roselli, para asesinar al presidente cubano en una “acción tipo gángster”.

De acuerdo con los documentos, en agosto de 1960 Richard Bisell, funcionario de la CIA, se puso en contacto con el coronel Sheffield Edwards, de la Oficina de Seguridad, para saber si tenía algún contacto que pudiera ayudar “en una misión delicada”, cuyo objetivo era la muerte del líder cubano.

Robert Maheu, de la Oficina de Seguridad, propuso el nombre de Roselli, y él mismo se puso en contacto con el presupuesto miembro de la mafia en el hotel Milton Plaza de Nueva York.

En el encuentro, Maheu se presentó como un contador contratado por una compañía que estaba sufriendo fuertes pérdidas económicas debido a las medidas de Castro en Cuba, por lo que sus dirigentes estaban dispuestos a pagar 150 mil dólares de entonces para eliminar al presidente cubano.

Por la naturaleza “extremadamente delicada” del plan, “sólo un pequeño grupo resultó informado”, revelan los documentos.

Maheu dejó en claro que “el gobierno de Estados Unidos no estaba, ni debería estar, al tanto de la operación”.

Roselli “inicialmente no quiso verse implicado, pero (...) se mostró de acuerdo en presentar a un amigo, Sam Gold, que conocía a gente cubana. Dijo que no quería dinero a cambio de su intervención y que su camarada tampoco, por lo que ninguno de los dos recibió dinero de la CIA, señalan los documentos.

Gold, cuyo verdadero nombre era Momo Salvatore Giancana, a su vez, planteó que matar a Castro con armas de fuego podría resultar un problema y sugirió suministrarle algún tipo de píldora en la comida o la bebida.

La CIA entregó a Juan Orta, un funcionario cubano, media docena de píldoras “de un alto contenido letal”. Orta había recibido pagos de la mafia del juego y tenía vínculos con Castro. Sin embargo, tras varias semanas de supuestos intentos, “se echó atrás y pidió que se le relevara. Propuso a otro candidato, que hizo varios intentos sin éxito”.

El fracaso de la fallida intervención en Bahía de Cochinos, en abril de 1961, provocó que el complot fuera abortado