| El gran problema de México es la injusticia. Los poderosos, en lo político y lo económico, pueden hacer lo que les venga en gana. Los demás, no. Aclaremos antes de seguir: no queremos decir que los débiles se conviertan en delincuentes para que también saquen provecho de la impunidad. Lo deseable, lo imperiosamente necesario, es que nadie infrinja la ley. El respeto al estado de derecho es imprescindible para rescatar a la nación de la anarquía. Cuando el que la haga, de verdad la pague, entonces resurgirán el entusiasmo y la creatividad que son característicos de los mexicanos. No le demos más vueltas al asunto: el delito y el abuso deben ser castigados conforme a lo que marcan nuestras leyes, las cuales, por lo demás, deben ser actualizadas para impedir que se cometan nuevos atropellos. Si el saqueo continúa México corre el riesgo de la desintegración. Es la lucha por sobrevivir la que demanda orden y justicia, que nada tienen de revanchistas ni justicieras. La patria requiere de certeza y voluntad política. Porque sólo con voluntad política se podrá llamar a cuentas a tantos que han abusado, como Vicente Fox y Marta Sahagún, ¿o acaso debemos decir como Marta Sahagún y Vicente Fox? Ejemplos de la corrupción tolerada por la ex pareja presidencial hay muchos. Sólo citaremos cuatro: - La venta de la Aseguradora Hidalgo (AHISA) a la compañía de seguros norteamericana MetLife en el año 2002. La empresa estaba en números negros, es decir, no representaba ninguna fuga de recursos para el gobierno. A pesar de ello fue malbaratada a la transnacional, la cual pagó 968 millones de dólares, cuando los activos de AHISA -según Insurance Services Network- valían entonces mil 840 millones de dólares. No había razón para privatizar a la Aseguradora Hidalgo. Fox lo hizo sólo para continuar con el plan de desmantelamiento nacional marcado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
- El gobierno foxista ordenó la construcción de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) dizque para incrementar su capacidad de operación. Se autorizó un presupuesto de tres mil millones de pesos. El caso es que Fox ya tiene más de ocho meses fuera de Los Pinos y la obra continúa. El gasto se disparó a ocho mil millones de pesos -cinco mil millones más de lo previsto- sin que aumentara la capacidad de operación del aeropuerto capitalino, que es de 54 vuelos por minuto. El actual presidente de la comisión de Comunicaciones y Transportes de la Cámara de Diputados, Jesús Ramírez Estabros, ex secretario general de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores, la ASPA, exige que se investigue tanta ineficacia y corrupción y advierte que de incrementarse el número de vuelos en el AICM, con todo y la Terminal 2, podría ocurrir aquí una tragedia similar a la del aeropuerto de Congonhas, de Sao Paulo, Brasil, que dejó un saldo de 200 muertos.
- La Biblioteca José Vasconcelos es otro ejemplo de la corrupción del gobierno encabezado por Fox. Anunciada como una de las grandes obras del pasado sexenio, la biblioteca sigue cerrada y la Auditoría Superior de la Federación de la Cámara de Diputados investiga un presunto desvío de mil 300 millones de pesos, que salieron del Programa Federal de Construcción de Escuelas y no se sabe a dónde fueron a parar. (El oscuro manejo de cientos de millones de pesos a través de la Enciclopedia es harina de otro costal)
- El crecimiento del emporio disfrazado de fundación llamado Vamos México sirvió para el activismo político de Marta Sahagún en su fracasada carrera por la Presidencia de la República, a cambio del debilitamiento casi fatal de cientos de instituciones de asistencia privada y de asociaciones civiles que hacen lo que el gobierno no lleva a cabo, en beneficio de los sectores más vulnerables de la sociedad. Vamos México se llevó ventajosamente el dinero que antes sí ayudaba a ancianos, niños abandonados, enfermos de sida y mujeres golpeadas, por citar algunos casos concretos. El marco jurídico mexicano debe actualizarse para evitar el surgimiento de pseudos fundaciones que sólo sirven a intereses personales y de grupo.
Por todo lo anterior es que sostenemos que Fox y Marta deben ser llamados a cuentas. Sólo para que respondan. Si están seguros de su inocencia no tienen de qué preocuparse. Y así como ellos, todos los demás, de su sexenio y anteriores. Que por lo menos la Historia juzgue cuando los delitos penales hayan prescrito. Todos los mexicanos tenemos derecho a conocer la verdad. De ninguna manera proponemos una cacería de brujas. Lo único que sostenemos -quien firma el presente artículo asume la responsabilidad de lo aquí expuesto- es que se investigue todo probable delito y se castigue a los responsables, conforme a derecho, llámense como se llamen y trátese de quien se trate. Lo triste es que hay mucha tela de dónde cortar: narcotráfico, Zhenli Ye Gon, aduanas y un casi interminable etcétera. No hacerlo hoy nos costará muy caro, tanto como la existencia misma de la nación.  |
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