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LE NOUVEAU GOUVERNEMENT MEXICAIN EST ENTRE EN GUERRE SAINTE CONTRE SON PROPRE PEUPLE. ARRESTATIONS ARBITRAIRES D'HOMMES POLITIQUES COMME DE SIMPLES PASSANTS QUI AVAIENT LE MALHEUR DE SE TROUVER AU MAUVAIS ENDROIT AU MAUVAIS MOMENT, GENERALISATION DU VIOL DES PRISONNIERES, DE LA TORTURE Y COMPRIS SUR DES ENFANTS DE HUIT A DOUZE ANS , CENSURE DE TOUTE OPPOSITION... LA LUTTE NE FAIT QUE COMMENCER. El nuevo gobierno mexicano a entrado en guerra santa contra su propio pueblo. Imposición, traición, doble discurso, ruptura del pacto social, ningún respeto por los derechos humanos con la consiguiente tortura, prisión, muerte de luchadores sociales e inocentes. Censura y desprecio por la cultura y la educación.... LA LUCHA COMIENZA.

mardi 14 août 2007

Estado putrefacto

Voces del periodista


CONFABULACIONES CRÍTICAS

EL ESTADO DE CONFUSION TOTAL

POR JOSÉ MANUEL OROZCO GARIBAY
(Exclusivo para Voces del Periodista)


1.El primero de los escenarios de la putrefacción comienza con la falta de claridad. Lo que se enferma entrama un tejido en descomposición que anula lo indemne del cuerpo sano, del órgano sano. Y por eso, la falta de sentido acompaña a ese preclaro galeno que pretende describir lo que sucede. Pero se da cuenta de que los discursos disponibles ya no son suficientes. Porque la enfermedad ha rebasado la crisis donde las defensas pueden todavía responder. Reponer la vida, como respuesta a los amagos de muerte que cercan la vitalidad misma. Lo auto inmune se hace presente con la velocidad imprevista del que ya no comprende nada. De lo indemne a lo inmune hay una distancia abismal. Lo primero lo entendemos como el estado del cuerpo que se defiende y reconstituye. Así vence la enfermedad y encuentra renuevos de vida, o esperanzas de aliento. Pero, en definitiva, lo segundo, lo inmune, se refiere a lo que dispone de las defensas mientras el grado de resistencia lo permite. Sin embargo, hay un momento en que lo indemne se vuelve inmune y comienza a ceder. Paradójicamente, ya no es el intocable estado de un cuerpo al que no lo ataca nada. Es el cuerpo que se ataca a sí mismo porque de la descomposición de sus órganos comienza el proceso degenerativo que lo lleva a la destrucción final. Muere, y entra en reposo porque no tiene sentido, significado, resignificado, proyecto. Se convierte en auto inmunidad porque pone las defensas al servicio de anular las propias defensas originales. En esa batalla que lleva a la muerte, el estado de cosas produce confusión. Los médicos, lectores y exegetas de lo que se descompone, no saben qué sucede. Quizá atan algunas causas potenciales. Ven sistemas alterado que pueden describir muy bien; pero son incapaces de ver la entraña de lo que se auto destruye. ¿Por qué el sistema se anula a sí mismo? Una de las leyes del Bíos es que toda estructura contiene en su cadena elementos que se deshilvanan. Los eslabones se rompen y la línea se convierte en otra. El discurso se quiebra y dice otra cosa de lo que pretende decir; el motor se detiene y avanza hacia otro lado. El cuerpo sana y de pronto muere. Los estados fuertes se caen de golpe, y los rebeldes se hacen de un cargo que los convierte en héroes al cabo del tiempo. La serie de la vida transita por estadios que llevan lentamente de una infancia promisoria a una vejez abyecta, triste o en abandono. Lo mismo ocurre con los textos. Alguien lee un autor de cierta manera. Todos dicen que lo que escribió es basura. Y al cabo del tiempo se vuelve importante, la conciencia llega tarde al reconocimiento que merece. Pero lo peor es que ese reconocimiento debe romperse de nuevo. Porque la guerra permite nuevos acuerdos que siempre son gratos a grupos de interés. La guerra es la condición de la paz. Soportar la paz demasiado tiempo es guerra interna; condición enfermiza de la vida. Pues en el curso de vivir es indispensable que los conflictos estallen de nuevo, si se quiere que haya otra vez acuerdos de paz que esperen su tiempo de ruptura. Lo que sostiene indemne al sistema es una aparente indestructibilidad que de golpe se cae en el momento en que las defensas van dirigidas contra el sistema. La defensa cede y cae porque las potencias afuera son más poderosas. Y las potencias internas son agentes malignos que atacan al propio sistema. Así, las estructuras necesitan de la crisis para vivir; y de los pactos o treguas para hacer lo que se volverá a deshacer. Por eso, lo que se religa, une, en estado religioso, se escinde una y otra vez. El arte de la política es el arte de unir lo disperso, ordenar los elementos del conjunto, cohesionar a los miembros del aparato. Y conservar el orden de acuerdo a un sistema de leyes que garantiza premios, sanciones, coexistencia en libertad entre todos. Empero, eso es lo que no existe. Porque no hay amigos. Como ya anunciaba Aristóteles, "oh amigos, no hay amigos", que Nietzsche parafrasea como "oh enemigos, no hay enemigos". Cuyo significado no es tan complicado. Los amigos te traicionan y hay guerra. Los enemigos llegan a un acuerdo y se vuelven amigos. Pero la conjunción de ambas proposiciones, autores, ideas, nos habla de un ciclo amistad, enemistad, amistad, que va de la mano con el otro ciclo que transita de lo indemne a lo auto inmune. O de la paz a la guerra. Y significa que en los tiempos de confrontación profunda, las peores crisis dan pie a análisis cojos, incompletos, confusos. De pronto ya nadie entiende.

2. Los casos de no entendimiento dan lugar a un teatro en tres actos donde la crisis es total. Aparentemente no hay nexo entre los tres espacios de la crisis. Pero la putrefacción que se respira en cada una de ellas se anuda en algún punto; y al escaparse el nudo de sentido nos parecemos al galeno que solamente espera el colapso final. El estado mexicano es el sistema auto inmune hoy, se auto destruye hoy. Los enemigos están en todos los frentes y la presunta amistad es falacia total, absoluta. La descomposición de los diálogos hace imposible ubicar causas claras de una maraña donde solamente se adivina la posible muerte del estado. O un estado muerto que juega a ser estado con ficción de gobierno, ficción de empresas, ficción de acuerdos, y ficción de representación. Mientras tanto, los comunicadores propalan infundios, justifican un sistema que no existe, o difunden escarnios contra los malos en un maniqueísmo sin fin. El primer acto es el caso siniestro del chino naturalizado mexicano Zhenli Ye Gon. La historia es conocida desde el texto straussiano del cuento: aparecen 205 millones de dólares en su casa; la PGR se jacta, el gobierno grita, los medios oficialistas aplauden, el mayor decomiso de dinero proveniente del narcotráfico. Y se aplaude al Presidente de la República de los amigos del régimen que creen que por fin hay orden en casa. Pero he aquí que el chino dice que el dinero de lo dio a guardar Javier Lozano, ahora secretario del Trabajo. Que no ha defendido a nadie, que no ha promovido nada a favor del sindicalismo sano, y que mejor quiere un nuevo edificio donde instalar sus oficinas (de las viudas de la mina de Pasta de Conchos, nada, ¿él por qué? Su humildad es tan grande que no se rebaja a chantajes). Y entonces el chino argumenta en su historia que Lozano le entregó ese dinero para financiar la campaña panista del año 2006, que llevó al mismo Calderón al poder amparado en militares, mediatismo, compromisos, y rostro de mano dura el tiempo que "dure". El gobierno acusa a Ye Gon de que usó el dinero para fabricar pseudoefedrina que es base química de anfetaminas, Y en ese marco de cosas, las preguntas cunden. Porque el chino se fue a los Estados Unidos y demandó a los acusadores, que además tienen presa a su familia. Si no coopera le cortan el cuello dice que le dijeron. Lozano fue corriendo a Estados Unidos, donde no puede manipular el gobierno la justicia como lo haría si todo se quedara en las instancias judiciales mexicanas (tan corrompidas por desgracia de los enemigos de los amigos en el poder fáctico y meta fáctico). Una carta aparecida en los medios y atribuida a la firma del bufete que defiende Ye Gon sostiene que ya es tiempo de llegar a un acuerdo. Mientras tanto, el bufete que defiende a Lozano demanda que chino y abogados gringos se retracten como si ese personaje pudiese poner a un bufete de abogados americanos contra la pared por el poder de sus amenazas. NO sabe este hombrecito que allá las leyes son leyes (por mucho que haya tanta pero tanta corrupción). El teatro del escándalo es peor porque el dinero se fue a Banjército (Banco del Ejército y Fuerzas Armadas), pero luego viajó al Banco del Tesoro de los Estados Unidos, y luego voló al Bank of America, y sin embargo se dijo que estaba en el Banco de México o bajo control del Banco de México. Y nadie entiende nada. Porque las hipótesis del cadáver nos dan tres lecturas: el narcotráfico financió la campaña del PAN, y ahora se tiene que buscar un culpable y lavar ese dinero; dos, el dinero era del chino que en efecto es un nefasto narco que tuvo todos los permisos y facilidades para hacerse mexicano fast track por obra y gracia de Vicente Fox, y pasar millones de pseudos efedrina a través de la aduana de Veracruz entre otras, sin que el gobernador Fidel Herrera supiera nada porque él es hombre inocente (nada sabe nunca, es como un niño tierno), y entonces el no angustiado Lozano tiene razón en enfadarse e ir corriendo a Washington; y tres, la putrefacción habla de un estado narco donde se necesitó de un chino para pasar la sustancia que mata vidas, hacer dinero sucio, financiar campañas, y todos estaban de acuerdo con tal de hacer que la izquierda no llegara al poder (Ye Gon dice que el PAN estaba dispuesta a financiar guerrillas con ese dinero si ganaba el odiado AMLO). Como se ve, la historia hiede hasta la más honda de las suciedades. Porque no dignifica la imagen del ejecutivo, que ya debería haber transparentado todo y haber obligado a Lozano a renunciar, aunque solamente fuera por la imagen misma. Porque si es verdad lo que dice el chino el gobierno en el poder responde a los intereses más oscuros. Pero de paso, si miente el chino entonces la fragilidad de los sistemas de control del Sistema es enorme. Pues el poder que tienen narcos, políticos involucrados, y un empresario chino nacionalizado mexicano por el nefasto Fox, es más grande que el Poder del Sistema de sistemas que es el gobierno de la república. Si pensamos que hay que golpear a la dupla Espino/Fox, o el cuarteto Espino-Fox-Matita-Aznar con Bush a la cabeza, entonces el gobierno de Calderón giró instrucciones para que el inefable López Dóriga dijera por fin la verdad, una verdad crítica en alguien que no defiende precisamente la libertad de expresión en el medio para el que trabaja: denunciar a Fox como el interesado en hacer mexicano al chino que se usaría para pegarle a la izquierda. O con más prudencia; nadie sabía nada, pero ya televisa puso en evidencia a Fox. ¿Qué ganan Calderón y su gobierno? Ante los dichos del chino, poco. Porque si el operativo viene desde el panismo, el deslinde con Fox no exculpa a Lozano ipso facto de las acusaciones. Y si el chino miente, ¿cómo puede mentir tanto un hombre que se atreve a defender un bufete de abogados norteamericanos que no se dejarán sobornar como muchos jueces mexicanos? Sorprende la historia. Enoja el papel de Lozano. Preocupa la complicidad silenciosa del régimen. Molesta que el ejecutivo diga dónde va a parar Ye Gon. Pero en la confusión ante el moribundo estado, los analistas sugieren al menos que este hombre sabe demasiado como para que lo dejen con vida, quien sabe, hablamos de cadáveres en potencia. Y luego será como todo, una historia olvidada cuando algo más aparezca. El caso se desinfla el 19 con un temeroso acto donde Ye Gon menciona a Javier Alarcón, causalmente comentarista noticioso de deportes en Televisa. Y el dinero ya despareció pues la pista es ciega, no se la puede seguir. Un buen arreglo de nuevo, ya la bomba es jactancia. Hoy presume el SAE que el dinero está en México vía papel, cheque, como ocurre al depositar dinero en la cuenta de cualquiera. Carpetazo a una sociedad que no vale nada. Hasta que se hace valer en cada voz, movimiento y denuncia.

3. El otro acto es el caso de Oaxaca con las variables de un gobernador odioso y odiado, Ulises Ruiz muy duro, ahora sí duro y aparentemente engallado. Por qué se ufana, reprime como lo hizo el lunes 16. Rodea de militares y policías la sede de la Guelaguetza y se dispone a festejar con "su pueblo" amagando con meter a la cárcel a todos los de la APPO que tuvieron que ver con los desmanes. Dice que se hará justicia y gobernación se deslinda. Un gobernador a punto de caerse ahora es todo poderoso a los siete meses de iniciado el gobierno de Calderón. Una lectura será que el PRI sabe demasiadas cosas del gobierno actual; que el voto para que pasen las "reformas" del gobierno está supeditado a que no toquen a los infectos Ruiz y Marín (cuyas carreteras licitadas en mal estado pueden matar a más gente, ahí donde un amigo de Kamel Nacif brinda con cognac y le importa un bledo la gente). Otra lectura, es que ellos también forman parte del negocio con pseudos efedrinas, tienen su lista de panistas involucrados, y entonces han obtenidos patente de corso para que no se toque a su gente. La represión puede proceder y nadie hará nada. Tercera, que la APPO se debilitó realmente y ya son pocos los que siguen el movimiento y de verdad hay que ir de vacaciones a Oaxaca donde la fiesta, la gastronomía y la vida de las vísceras de muerte no hieden por ninguna parte.

4. Finalmente, el EPR y los ductos de PEMEX. Los analistas más avezados se dejan ir por la idea de que la exclusión de la izquierda de las vías institucionales hace que los grupos se radicalicen para reivindicar sus demandas; y que el EPR, surgido en 1996, hace ese tipo de apariciones. Otra analista que debería ser analizada en diván, dice que hay espacios para la izquierda, pues ya ocupa el segundo lugar en la cámara baja y la tercera posición en el senado. Pero no dice que entre PAN y PRI borran del mapa a esa fuerza; que los que mencionan a López Obrador son amigos del diablo y han de ir a la hoguera, y que mucha gente miserable al margen de los partidos será de izquierda mientras demande justicia social. El atentado a los ductos ocurre misteriosamente. Los explosivos son costosísimos. No dejan huella, y son de origen asiático (serán de Ye Gon?). Pero eso sí, como los ductos son inseguros, entonces hay que poner al ejército a resguardar todo, abaratar los precios y pretender privatizar al mejor postor. Es una hipótesis, que alude al auto atentado desde el estado. La otra, que es peor, hablaría de un retorno a la guerrilla de los 70 que solamente podría atizar la represión y el gobierno de corte militarista de la derecha. La derecha que busca anular a toda forma de organización, movimiento social o indígena organizado que venga del pueblo miserable. Recordemos la historia: cuando Lucas Alamán temió un levantamiento de las masas pobres en 1851 (hambre, desempleo, injusticia, acidia social), hizo todo para que el ejército y la iglesia apoyaran, al lado de los ricos, al dictador Santa Anna para su retorno al poder absoluto con patente de represor. Pues bien, no olvidemos que hay dos desaparecidos que estuvieron en el movimiento de la APPO, y que el EPR reclama como suyos y que se diga dónde están. Nadie sabe nada, ninguna autoridad asume responsabilidad alguna.

Nexos: solamente cabe especular que la narcopolítica necesitaba impedir el ascenso de la izquierda, y el narco financió la campaña de la derecha. El chino fue naturalizado mexicano para servir como medio para lavar dinero. Ese dinero tiene que limpiarse enviándolo fuera y regresarlo sano. Por otro lado, pero no separado, hay que acelerar el proceso privatizador abaratando los ductos y propiciando un auto atentato. Culpar al oportuno EPR y darle control al ejército de las instalaciones de PEMEX. Infundir más miedo y justificar la represión. Y de paso, acordar con el PRI lo que sea con tal de ganar las reformas de la ultraderecha. Curiosamente, puede ser más grave que eso. De verdad retorna la guerrilla y toma por sorpresa al estado. Malo. Un narco chantajea al gobierno como si se tratara de cualquier otro narco. Y el litigio es costoso y complejo. Malo. Y la APPO vuelve pero con del horizonte de un gobierno federal que no mete las manos porque necesita al PRI en sus reformas. Bajo la idea de Leo Strauss, el cuento del mal permite que supongamos que el gobierno crea que el pueblo no le creerá al chino, apoyará al gobierno. Que el pueblo odiará más a los appos y por ende las movilizaciones de izquierda. Y temeroso, asumirá la represión donde se produzca. Entre tanto, todos quedan impunes. Eso se llama cadáver de estado, estado auto inmune donde todo huele mal. Y ya solamente podemos especular. Pobre país. Si Morelos viviera.

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