Por Juan García Villa, Julio Frenk Mora y Ernesto Enríquez Rubio. Calificado alguna vez como “funcionario ejemplar” por Julio Frenk, quien fue su jefe en la Secretaría de Salud durante el sexenio foxista, Ernesto Enríquez Rubio es en realidad lo contrario: un personaje con un negro historial como servidor público.
Hoy, Enríquez Rubio -quien es secretario de Administración del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, cargo en el que fue nombrado por la dirigente nacional de este partido, Beatriz Paredes- se ha convertido en una de las piezas que vinculan al gobierno de Felipe Calderón y a los grupos de poder priísta con el escándalo detonado por Zhenli Ye Gon. Las revelaciones del empresario chino conducen al expediente sobre el financiamiento ilícito de spots publicitarios durante la campaña electoral de 2006, investigado actualmente por el Instituto Federal Electoral (IFE). Ex socio de Carlos Hank González, el pilar del Grupo Atlacomulco, Enríquez Rubio ya era investigado por la Procuraduría General de la República (PGR) desde enero de 2006 por su presunta vinculación con el tráfico de pseudoefedrina que encabezaba Ye Gon. En esa época, Enríquez dejó su cargo como director de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), donde estuvo más de cuatro años (2001-2006), para sumarse a la campaña del priista Roberto Madrazo. Desde su nueva posición, Enríquez Rubio fue uno de los responsables del manejo financiero y de contratar los spots de la coalición Alianza por México, según informes del IFE. Se le acusó de malversación de fondos públicos y privados a su paso por la Cofepris, organismo dependiente de la Secretaría de Salud, así como de cabildear a favor de las multinacionales tabacaleras en el Congreso y emitir un decreto en beneficio de las grandes compañías alcoholeras como Bacardí, en perjuicio de los pequeños distribuidores de vino en tiendas y farmacias. Como responsable de regular estimulantes como tabaco y alcohol, así como todas las drogas que requiere la industria farmacéutica, el período de Enríquez Rubio al frente de Cofepris coincide con la importación de 44 toneladas de pseudoefedrina hechas por Ye Gon entre el 2003 y el 2004. United Pharm Chem México, propiedad del empresario chino, solicitó en cuatro ocasiones permisos para importar pseudoefedrina y, de acuerdo con los informes de Cofepris, en menos de 15 días sus peticiones fueron resueltas satisfactoriamente, según consta en los permisos No. IPQ-002-2003, del 4 de febrero de 2003; del 20 de mayo del mismo año. Las siguientes dos autorizaciones fueron el 13 de enero de 2004, para importar 11 y 24 toneladas, según los permisos IPQ-0004-2004 y IPQ-005-2004. La investigación del IFE Enríquez Rubio fue uno de los responsables de negociar los promocionales con los medios de comunicación para la campaña presidencial de Roberto Madrazo. De acuerdo con la investigación realizada por la Comisión de Fiscalización del IFE, más de la mitad de los 281 mil spots transmitidos durante el proceso electoral de 2006 que no están plenamente acreditados en facturas ni en pautajes corresponden a la campaña madracista; es decir, 144 mil 609 promocionales, de los cuales 10 mil 825 fueron para la televisión comercial y 133 mil 784 para las estaciones de radio. El costo de estos spots puede rebasar con mucho los 648 millones 18 mil pesos de la campaña de Madrazo, apenas 3 millones menos que el tope de gastos. El IFE abrió un “procedimiento oficioso” para determinar cuánto se invirtió en estos spots y dará los resultados cuando termine su investigación, el próximo mes de agosto. Sin embargo, ante las declaraciones de Ye Gon, el representante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) ante el IFE, Horacio Duarte, entregó el viernes 6 una queja para que el organismo determine si hubo financiamiento ilícito en la campaña presidencial de Felipe Calderón Hinojosa. En el documento de 40 cuartillas presentado por Duarte, el PRD subraya que es obligación del IFE fiscalizar el origen y destino de los recursos con que cuentan los partidos políticos, como lo establece el artículo 41 constitucional. Por ello, solicita al IFE que se requiera a las autoridades competentes las constancias de los expedientes de Ye Gon en los que se rastrea el origen de los recursos que le fueron confiscados. “Incluso, en el marco de la cooperación internacional con Estados Unidos, el IFE tiene la obligación jurídica y política de asumir una investigación seria de este caso. Por nuestra parte, la próxima semana haremos la misma solicitud a la Procuraduría General de la República”, advirtió Duarte al entregar la petición. Unas horas antes de que se conociera la queja del PRD, los consejeros Virgilio Andrade y Arturo Sánchez afirmaron que el IFE realiza una “evaluación preliminar” de las declaraciones de Ye Gon y admitieron que el organismo debe atender el caso “con la seriedad que se merece”. Sánchez indicó que tan sólo el monto de 205 millones de dólares incautado en el domicilio del empresario chino “prácticamente equivale a todo el dinero que les dimos a los partidos políticos para actividades ordinarias el año pasado”. Además, el presidente de la Comisión de Organización del IFE, Arturo Sánchez, declaró, sin mencionar a ningún organismo político: “Si un solo partido fue capaz de recibir este dinero, quiere decir que un partido es capaz de recibir todo el dinero que se le da abiertamente a todos los partidos”. Y agregó: “Si es una acusación que tiene que ver con los elementos indiciarios suficientes de que un partido adquirió recursos ilegalmente, el señor Andrés Albo (consejero electoral responsable de la investigación del Spotgate) nos informará en la Comisión de Fiscalización de que se inicia un proceso de investigación para atender el caso”. Un priísta en el gobierno de Fox Quince días después de haber renunciado como funcionario del gobierno foxista, Enríquez Rubio regresó al PRI y se integró al equipo de campaña de Roberto Madrazo para manejar las finanzas del entonces candidato. Aun como priísta, pudo incrustarse en el gobierno panista de Vicente Fox, primero como coordinador de asesores del Francisco Barrio en la entonces Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam), y luego como director de la Cofepris, dependiente de la Secretaría de Salud, bajo las órdenes de Julio Frenk. El actual secretario de Administración del PRI egresó de la Escuela Libre de Derecho y del Instituto de Integración Iberoamericana creado por el panista Luis Pazos. En 1988, con el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, fue designado subsecretario de Ganadería en la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, bajo las órdenes de Hank González, a quien ligó su suerte política. El profesor Hank, ya fallecido, le encargó que cuidara sus múltiples negocios en Costa Rica con la empresa Inversiones y Procesadora Tropical, la hacienda Las Cuatro Marías y una granja conocida como Young An. De hecho, Enríquez Rubio fue el enlace de Hank González en ese país, al que viajó 38 veces entre 1993 y 1998 para arreglar negocios de producción de piña. En Costa Rica, Enríquez Rubio se presentaba como un gran empresario, hasta que en 1999 se descubrió que en realidad era el prestanombres de Hank González en la compra de tres fincas en Pital de San Carlos: la hacienda ganadera Cuatro Marías; la Productora y Comercializadora Agroindustrial La Trinchera; e Inversiones y Procesadora Tropical (Inprotsa). En 1993 compró un rancho en Soto la Marina, Tamaulipas, junto con otros políticos que de repente se convirtieron en grandes ganaderos, entre ellos Andrés Caso Lombardo, Jorge de la Vega Domínguez, Emilio Martínez Manautou, Guillermo Jiménez Morales, Carlos Jonguitud Barrios, Rubén Figueroa y Fernando González Villarreal. En 1998 Enríquez abandonó Costa Rica, donde la Comisión Especial de Narcotráfico de la Asamblea Legislativa de ese país lo sometió a investigación y estuvo a punto de declararlo persona non grata. Al llegar a México se incorporó al gabinete de Ernesto Zedillo como subsecretario de Previsión Social en la Secretaría del Trabajo. En el 2001, Enríquez Rubio ingresó a la Cofepris, una entidad adscrita a la Secretaría de Salud creada por acuerdo presidencial. Durante su paso por esta dependencia proliferaron acusaciones en su contra por supuestos sobornos de las compañías del alcohol y tabacalera y por el ingreso de la pseudoefedrina en beneficio del empresario Ye Gon. En la investigación sobre los permisos de pseudoefedrina, los registros de los permisos de Cofepris, cuya copia se obtuvo, revelan que la aduana de entrada fue el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, “sin interferir con las disposiciones de otras dependencias oficiales”. Los permisos se concedieron “para importar (estas sustancias)… previo aseguramiento y muestreo”. Como director de Evaluación de Medicamentos de Cofepris, el doctor Alberto Carlo Frati Munari, subordinado de Enríquez Rubio, fue el responsable de firmar el permiso para la entrada de las 44 toneladas de pseudoefedrina que importó Ye Gon. De acuerdo con el portal de transparencia la Secretaría de Salud, Frati Munari también fungió como proveedor de la misma dependencia entre 2003 y 2005 y fue contratado para prestar sus servicios de “asesoría”. En otras palabras, Frati Munari, quien debía verificar que la cantidad de pseudoefedrina fuera el tonelaje autorizado, actuaba al mismo tiempo como proveedor de la Secretaría de Salud y como asesor de esta dependencia. El primer permiso fue firmado en 2003, según el expediente Cofepris-SP-26-03 del 3 de septiembre de 2003, por el que Frati recibió 320 mil pesos; el segundo fue firmado en abril de 2005. Actualmente Munari es integrante del Comité Científico de la Cofepris. (Jesusa Cervantes, José Gil Olmos y Jenaro Villamil/APRO) |
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