¡Es Lino... estúpidos!

Marcela Gómez Zalce

• ¿Dónde está la bolita de excedentes...?
• Cuentas claras, manos limpias

Un amigo ofendido, mi estimado, es el más encarnizado enemigo. La Secretaría de Hacienda, encabezada por Agustín Carstens, anunció ayer, por medio de su subsecretario, Alejandro Werner, que los recursos para el fondo de reconstrucción de Tabasco provendrán de subejercicios presupuestales y de ingresos adicionales por los simpáticos excedentes petroleros. Fantástico.

Luego entonces, my friend, no estaría nada mal que ahora que hay divertidas diferencias de formas... y fondo con la administración de Vicente Fox, la de Felipe Calderón le entre al toro de los excedentes por los cuernos, e informe con puntualidad dónde quedó la preciada bolita foxista de oro negro. Y de paso la calderonista.

Porque con esto de los maravillosos precios del petróleo, que por momentos alcanzan los 100 dólares por barril, se ve que sin mucha pena el inquilino de Los Pinos anunció un fondo de 7 mil millones de pesos para comenzar la titánica reconstrucción del Edén que llevará seguramente algunos años.

Y ya que andan estos chicuelos de ofrecidos, ayudaría mucho saber, ya sabe, curiosidad irreverente, cuánto dinero tiene en su guardadito el gobierno federal desde que Calderón se entronizó en Los Pinos. O sea, ¿cuánto billete hay de los espléndidos excedentes petroleros? ¿20, 21 o 23 mil millones de pesos...? Y ya encarrerados, ¿en qué se han gastado la lanita? Además, claro, de la execrable campaña mediática de logros para legitimar y convencer que cual disco rayado fastidia. Porque ya estando en la frontera del primer aniversario, mi estimado, nada más lucidor que las cuentas claras para presumir las cacareadas manos limpias.

Y un excelente asunto que podría servir como jabón es, indiscutiblemente, investigar a Fox, family & friends. Más cuando éste se pone para la foto, y qué foto. Entre su Revolution of Hope Tour 2007, su intercambio finísimo de tubazos (de lengua) con Manlio Fabio Beltrones, el cochinero que aflora de Pemex con los negocios de sus familiares incómodos, la tragedia en Tabasco y el delicado señalamiento que durante su sexenio fluyeron los recursos pero no se concluyeron las obras hidráulicas —lo que literalmente es una atrevida acusación de que alguien se clavó el billete— más the whole shit waiting to hit the fan, la piedra más peligrosa en el zapato de Vicente, my friend, es su ex amigo Lino Korrodi. ¿Por? Fácil.

El buen Lino tiene un entretenido guardadito de espectaculares pruebas, evidencias y una que otra cosilla más, que va a poner contra la pared a más de un temerario personaje miembro de esa compleja red de corrupción, tráfico de influencias y alguna travesura más, digamos, peligrosa, que se tejió en Los Pinos y la cabañita acogedora.

Lino, amable lector, los conoce a todos desde que estaban guayabos y con problemas en la chequera.

Lino sí trae ese little black book que puede ser el detonador para que la cuerda se rompa y lograr que algún pez gordo se pruebe el modelito a rayas en el mediano plazo.

Lino se ha graduado con honores en la escuela de los madrazos mediáticos orquestados desde el poder.

Lino litigó contra el águila mocha.

Lino conoce los caminos torcidos de Marta en las delicadas negociaciones alrededor de complejos asuntos que terminaron involucrando a la cúpula empresarial.

Donde el chantaje, la perversidad, el dinero, la amenaza, la adrenalina, el sexo y el peligro fueron... ingredientes fundamentales. Son las claves del riesgoso nerviosismo que aflora en el círculo de la familia foxista y sus poderosos alrededores.

Fox sabe que Calderón la tiene... en chino. Se siente confiado con la información de los granitos de arena electorales que, cual fanático suicida, trae permanentemente consigo (detonador incluido) y que pondrían en un serio aprieto al presente régimen. Ambos panistas traen parque. Y entre gitanos no se van a leer la suerte... por ahora.

El caso de Korrodi se suscribe en un escenario diferente. Con un cuidadoso timing. Más volátil y con menos compromisos de complicidad. No sorprende que el creador de Amigos de Fox le ande midiendo el agua a los camotes de la SFP y de la divertida Comisión whatever para investigar al ex presidente. La confianza es un ingrediente fundamental y las señales enviadas hasta hoy han sido confusas y tenues pese a las lacritas amarillas que están con el pie a fondo en el acelerador jurídico.

Así que dejemos la ingenuidad unos segundos.

Lino conoce bien a sus amigos, hoy sus enemigos.

Eso es esencial en esta guerra de la que no hemos visto nada y que, no lo dude, puede alterar las verdaderas agendas del poder. Ni más, my friend, pero ni menos.