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LE NOUVEAU GOUVERNEMENT MEXICAIN EST ENTRE EN GUERRE SAINTE CONTRE SON PROPRE PEUPLE. ARRESTATIONS ARBITRAIRES D'HOMMES POLITIQUES COMME DE SIMPLES PASSANTS QUI AVAIENT LE MALHEUR DE SE TROUVER AU MAUVAIS ENDROIT AU MAUVAIS MOMENT, GENERALISATION DU VIOL DES PRISONNIERES, DE LA TORTURE Y COMPRIS SUR DES ENFANTS DE HUIT A DOUZE ANS , CENSURE DE TOUTE OPPOSITION... LA LUTTE NE FAIT QUE COMMENCER. El nuevo gobierno mexicano a entrado en guerra santa contra su propio pueblo. Imposición, traición, doble discurso, ruptura del pacto social, ningún respeto por los derechos humanos con la consiguiente tortura, prisión, muerte de luchadores sociales e inocentes. Censura y desprecio por la cultura y la educación.... LA LUCHA COMIENZA.

jeudi 8 novembre 2007

Anexionismo

Jornada
Astillero

Julio Hernández López
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

Las otras torres gemelas

Dividir, debilitar, asustar, anexar...

Tabasco, Chiapas, Campeche

Denuncian a Norberto y Maciel

La imposición de Felipe Calderón como presidente formal de México ha favorecido acentuadamente los intereses que dominan la política de Estados Unidos. Como resultado directo del fraude electoral, la nación está dividida y ha emergido el racismo cargado de supremacías deseosas de lo extranjero. Y ahora se vive una sucesión de hechos trágicos que está consolidando en la sociedad la percepción de vulnerabilidad y zozobra que permitirá con más facilidad la firma de acuerdos anexionistas, como el caballo de Troya llamado Iniciativa Mérida, y el desarrollo pleno de una política entreguista que pretende cambiar el rostro actual de la nación para acomodarlo a los requerimientos de la “unificación” de Norteamérica que bajo la guía de la Casa Blanca y el Pentágono se ha pactado en secreto por parte del primer presidente mexicano nacido espiritual y políticamente en Estados Unidos, Vicente Fox, y el arrinconado y rebasado Felipe Calderón, que ha dado continuidad a esos “acuerdos” de integración subcontinental.

Lo que ha sucedido en Tabasco es una criminal confirmación de que el gobierno federal usa sus facultades para servir a intereses particulares y extranjeros. Hora tras hora se acumulan las evidencias de que las comisiones Federal de Electricidad y Nacional del Agua dejaron llenarse a niveles de delictiva imprudencia las presas relacionadas con Tabasco porque prefirieron cumplir la obligación (el negocio) con empresas extranjeras, sobre todo estadunidenses y españolas, de producir electricidad no mediante el aprovechamiento de las aguas concentradas en las presas nacionales sino mediante gas (en todo lo cual siempre habrá un tufo de alta corrupción en favor de funcionarios “mexicanos”). En Chiapas, mientras tanto, se ha desgajado un cerro y ha sepultado a un número impreciso de personas, lo que podría tener su explicación en que una falla geológica en la comunidad Juan de Grijalva hubiese sido reactivada por el paso del agua dentro del plano de falla, sirviendo así esa agua como “lubricante” para que se desplazara el bloque de tierra. Pero, ¿por dónde entró el agua?, ¿por qué eso no había sucedido antes? Una hipótesis es que el exceso de agua liberada subió el nivel del río como nunca y alcanzó grietas que por años se mantuvieron secas. Y la tragedia de Campeche, en la que es evidente la protección a empresas trasnacionales y a nacionales relacionadas con el bribiesquismo, que sin medidas verdaderas de protección a los trabajadores y mediante contratos de privilegio hacen fortuna como bucaneras.

Como se ve, la gestión del presidente impuesto ha estado caracterizada por accidentes y desgracias de distinto origen que, sin embargo, acaban beneficiando el proyecto de integración a Estados Unidos que por necesidad política, afinidad ideológica o minusvalía intelectual ha impulsado Felipe Calderón. Es muy probable que haya negligencia criminal nativa, pero también es cierto que, en términos políticos, estas catástrofes ayudan a Estados Unidos a controlar mejor a México, a meter soldados disfrazados de asesores y tecnología de espionaje en México, a facilitar los procesos de privatización en materia de energéticos, a debilitar la defensa de libertades y derechos civiles y a hacer negocios con reconstrucciones e inversiones. Es decir, como las torres gemelas respecto al bushismo.

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