Historia magistra
El historiador Francisco González Gómez publica Del porfirismo al neoliberalismo Comprender la historia, única forma de derrotar al proyecto tecnocráticoRecorrido por más de 100 años: desde Porfirio Díaz hasta Pasta de Conchos y Oaxaca México "está en una etapa de definiciones: el proyecto neoliberal no ha cuajado, no ha sido aceptado por la población, no ha conquistado en el país una dominación hegemónica, porque la gente la rechaza y exige respeto a los derechos ganados en la Revolución Mexicana, de ahí que una de las opciones que está manejando el gobierno de Felipe Calderón sea la militarización y la oposición cada vez mayor contra movimientos sociales y luchadores sociales", señala el historiador Francisco González Gómez, coautor del libro Del porfirismo al neoliberalismo, en el que trabajó con su hermano Marco Antonio. "No se trata de un problema coyuntural; es un problema estructural y lo vamos a tener que enfrentar durante muchos años", añade. Del porfirismo... recorre más de 100 años de historia en México, hasta al periodo poselectoral de 2006 y el conflicto generado por las denuncias de un supuesto fraude, pasando por los conflictos en Pasta de Conchos y Oaxaca. El volumen, que se publica en Ediciones Quinto Sol, ha sido actualizado para que estudiantes y público en general sean capaces de emprender un análisis crítico del por qué estamos donde estamos. "Se trata de llenar un hueco que cada día es mayor en la educación del país: el desconocimiento de la historia de México. En la mayor parte de las escuelas de niveles medio superior y superior se está enseñando la historia nacional hasta Lázaro Cárdenas... cuando bien nos va. En algunos casos llega hasta el llamado milagro mexicano. Las escuelas más especializadas son facultades como la de Economía y Ciencias Políticas y Sociales (de la UNAM), pero para el conjunto de estudiantes y del público la historia de México está cada día más alejada." Lo que pretendemos, añadió, es contribuir a aclarar diversas cuestiones de la historia de México y entrar en un combate contra la ideología liberal encabezada ahora por gurús intelectuales de derecha. "Estamos enfrente de un proyecto integral de la derecha, que pretende retrotraernos al siglo XIX, olvidar lo que obtuvimos tanto en la Reforma como en el periodo de la Revolución e imponer un estado en el cual, de ser posible, lo que predomine sea la visión religiosa que todos estamos viendo ahora con la ofensiva del clero. No creo que lo logren, pero eso es un intento y la única forma de derrotarlo es darle la batalla", asegura. Batallas ganadas Pero la sociedad ha ganado algunas batallas, recordó. Entre otras, la aprobación de las sociedades de convivencia y la legalización del aborto, pero "hay muchos terrenos en los que estamos perdiendo, como el desconocimiento y la no defensa de los derechos elementales; tampoco hemos logrado defender el campo. Desde Salinas se ha destruido el campo: nuestra dependencia alimentaria frente al extranjero es cada día mayor; estamos perdiendo la batalla frente al proyecto histórico de los neoliberales, orientado a asimilarnos globalmente a Estados Unidos: quieren que nuestra forma de pensar, de actuar, que nuestra economía esté totalmente vinculada al proyecto del sueño americano". Sin embargo es obvio que esa integración "no es equitativa, sino que se trata de un sometimiento". El libro es también una denuncia de cómo todo este proceso es acompañado de una corrupción extrema y de la degradación del Estado mexicano. Por ello es vital "rescatar la historia del país, de nuestros luchadores, y aprender de la resistencia que está emprendiendo la población en todos lados". La enseñanza de la historia y su comprensión "es el campo de batalla, los grupos hegemónicos están también concientes de eso". El papel del historiador mexicano hoy "es ligar nuestro pasado con el presente. No nos sirve de nada el estudio del pasado si no lo vinculamos con el presente. De eso depende que se consolide o no la hegemonía del neoliberalismo. No se trata nada más de tener cultura general para que juguemos maratón y ganemos, sino para ayudar a interpretar la realidad". Cuando vinculamos la historia pasada con actual obtenemos un mecanismo provechoso que nos sirve para dar una explicación de cómo vivimos. "Por eso cada generación le da una nueva interpretación, un nuevo enfoque, saca nuevos matices, más información. La interpretación histórica está renovándose constantemente", asegura el especialista. La alternativa, dice con convicción, es replantear el socialismo: "es un debate ideológico de gran envergadura, que debe darse a escala internacional, en la que estén incorporados grandes pensadores de todas partes del mundo, particularmente en Europa. "Hay que trabajar en eso, pero ese esfuerzo no puede desvincularse de las grandes experiencias de luchas que se están dando, como los altermundistas, la APPO y de todas las fuerzas sociales que están resistiendo y que proponen nuevas formas de organización y de poder popular. La tarea es inmensa y no se reduce a la lucha por los espacios electorales, que tampoco hay que abandonar." |
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