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LE NOUVEAU GOUVERNEMENT MEXICAIN EST ENTRE EN GUERRE SAINTE CONTRE SON PROPRE PEUPLE. ARRESTATIONS ARBITRAIRES D'HOMMES POLITIQUES COMME DE SIMPLES PASSANTS QUI AVAIENT LE MALHEUR DE SE TROUVER AU MAUVAIS ENDROIT AU MAUVAIS MOMENT, GENERALISATION DU VIOL DES PRISONNIERES, DE LA TORTURE Y COMPRIS SUR DES ENFANTS DE HUIT A DOUZE ANS , CENSURE DE TOUTE OPPOSITION... LA LUTTE NE FAIT QUE COMMENCER. El nuevo gobierno mexicano a entrado en guerra santa contra su propio pueblo. Imposición, traición, doble discurso, ruptura del pacto social, ningún respeto por los derechos humanos con la consiguiente tortura, prisión, muerte de luchadores sociales e inocentes. Censura y desprecio por la cultura y la educación.... LA LUCHA COMIENZA.

dimanche 14 décembre 2008

El Amero

Rebelion
La caída del dólar y la crisis como medio de reproducción del capitalismo



Los signos que avizoran la desaparición del dólar referencial: hacia el Amero

La iniciativa del Presidente Chávez acerca de la necesidad de crear una moneda regional, como el Sucre, es una muestra de visionario. Luego se encargaría el Presidente Rafael Correa de servir de portavoz de la propuesta. Recientemente se ha tomado la decisión política de la creación de tal moneda entre los países del ALBA más Ecuador[1].

Días posteriores, apenas estaba fresca la noticia sobre el acuerdo en la última reunión del ALBA en Caracas, apareció el anuncio proveniente de los países Centroamericanos y del Caribe, según el cual la CARICOM decidió también a la creación de una moneda común[2], como signo de intercambio compensatorio.

Alguien preguntará la razón por la cual este segundo grupo de países hizo tal propuesta, sin haber desarrollado una fortaleza comercial como los países pertenecientes al ALBA. Sin embargo, tal hecho guarda una gran significación.

Tal iniciativa procede de la urgencia de salvarse por la avalancha que se avecina ante la desaparición del dólar referencial, pasando previamente por una devaluación extrema que pudiese reducir a sólo centavos el valor de dicha moneda, con el consiguiente efecto hiperinflacionario generalizado para las economías dependientes.

La respuesta es sencilla aunque no se aprecie a primera vista: El dólar no tiene valor ni respaldo económico. Si no se quiere padecer más agudamente, entonces hay que despedirse del dólar como moneda de referencia en las transacciones.

Los EEUU están invadiendo el mercado con dólares virtuales o falsos. Son falsos desde el momento en el cual ellos no pueden ser garantizados ni por reservas, ni por ningún otro respaldo financiero.

La sencillez del análisis se aprecia si vemos los gastos ocasionados por la guerra de Irak y si captamos lo exorbitante de su deuda externa de trillones de dólares -como veremos adelante. Gastos irrecuperables y deuda impagable. Toda una situación insostenible.

La realidad escondida, y de la cual se ha evitado divulgar mucho, consiste en que los mismos EEUU al caer en la cuenta de su imposibilidad de pagar su propia deuda, han decidido que el dólar dejará de ser la moneda referencia para su mercado, lo sacarán de circulación internamente y será sustituida, en los EEUU y su dos económicamente anexados Canadá y México, por otra: el Amero[3].

Su sustitución tendrá lugar mediante la provocación de una crisis. Justo lo que estamos viviendo y que aun no tiene visos de acabar. El alza desmedida de los alimentos fue un impuesto de guerra aplicado a toda la población para compensar el déficit económico de los países aliados que subvencionan la aventura sangrienta de la guerra en Irak y Afganistán. Igualmente sucede con la especulación petrolera, cuyos precios son fijados por carteles de países del norte con una nula o casi nula producción petrolera. Todos esos países aliados de EEUU financiaron la guerra con la esperanza de obtener una pronta compensación mediante el saqueo petrolero que les sería luego ofrecido a precios casi regalados, pero desalmadamente manteniendo los precios altos a sus ciudadanos consumidores. Sólo sucedió que el despilfarro guerrero de ellos fue tan garrafal y la resistencia enconada de los invadidos ha sido tan larga, que ambas estrategias fallaron.

Parece una mera elucubración, pero no es así. Simplemente el capitalismo utiliza la crisis como una forma de establecer mecanismos para preservarse como modelo económico de dominación. Veamos cómo acontece.

El discurso mediático sobre la crisis

En estos tiempos de “debacle financiera global” todo el mundo habla de la “crisis del capitalismo”. Algunos aluden a la crisis hipotecaria surgida una vez que los bancos ofrecieran los títulos hipotecarios en los mercados financieros, forma a través de la cual los bancos convirtieron el endeudamiento familiar en un negocio al ponerlos en manos de especuladores a través de los títulos de alto riesgo. Otros hacen énfasis al hablar de crisis financiera y efectivamente tienen razón. Si nos quedamos con la atención fija en los movimientos bursátiles eso se muestra como algo real, similar a todas las descripciones que se pudiesen hacer de un centauro, las cuales son reales sólo por el hecho de poderlas ver y leer sobre el papel. Pero sigamos un poco en esa fantasiosa leyenda… Veremos que ‘ciertamente’ se produce una crisis porque hay falta de liquidez, pero – cuidado – no porque falten en realidad instrumentos de pago, sino porque los medios de pago son retirados del escenario bursátil y ello sucede porque casi todos esos medios de cancelación de deuda son literalmente ficticios, precisamente por ello se los denomina papeles financieros, bonos de deuda o similares.

Siguiendo esa lógica de propaganda de la crisis, se pudiese hablar entonces de crisis hipotecaria o también de crisis financiera. Sin embargo, si hablamos con exactitud, tal aseveración está lejos de ser cierta.

El capitalismo subsiste sobre la producción de ganancias basadas en la inversión de dinero para la producción de interés o usura, reincorporados a la forma de dinero bajo distintas modalidades, justamente amparándose en las dificultades para la producción de bienes o insumos para la propia satisfacción de necesidades de una colectividad.

Si las circunstancias en medio de las cuales se habla de crisis radicaran en la falta de dinero, sólo así tuviese sentido hablar de crisis. Cuando los países del tercer mundo no tenían dinero para pagar su deuda entraban en crisis debido a la escasez para financiamiento y para responder a las propias necesidades básicas del consumo de su población. Ahí tendría sentido aludir a una crisis interna. Sin embargo, en los países ricos, ni falta el dinero ni falta la producción de mercancías. Basta simplemente captar el modo tan simple como aparecieron los 700.000 millones de dólares para financiar el sistema bancario estadounidense y los 1,7 billones de euros destinados a un objetivo similar en la comunidad europea[4]. Con semejante cantidad de dinero es difícil aceptar el discurso de la crisis capitalista en los términos mediáticos planteados.

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