Salinas: El Estado fui yo
Conjeturas
Salinas: Monólogo en un teatro sin público
Alvaro Cepeda Neri
Tercera llamada: Carlos Salinas y su monólogo a escena en un teatro sin público. Más de lo mismo y sin nombres para la ambigüedad de la cobardía. Padre putativo de la privatización, del neoliberalismo, de Ernesto Zedillo, del neopopulismo, del autoritarismo presidencialista, mano negra de la partida secreta, Salinas, el de las mil máscaras que danzaron por las calles, aprovecha el escándalo político para ofrecer su aburrido guión.Nada nuevo bajo el eclipse salinista, pero se aprovecha del caótico y hobbesiano escenario nacional de todos contra todos, para presentar su obra: del sexenio sangriento y corrupto a la década perdida: 1988-2006.
Remedo de Luis XV, caricatura de Luis XIV, pasa del “Estado fui yo”, al “Después de mí, el diluvio”. Bastan las páginas publicadas por Proceso (4/V/08) donde, como La Llorona, va en busca de sus hijos y abjura de ellos. Y sin maquillaje ni máscara, se presenta como el verdugo para cortar cabezas a diestra y siniestra, mordiéndose la lengua y dejándose la cola que metió en la partida secreta. Impuso a Zedillo en el trono ensangrentado, su hijo transexenal, cuando no acababan de enterrar a Colosio, su hijo asesinado desde los pasillos del poder presidencial... “¿Dónde está Colosio, Córdoba? No donde se cena, sino donde se es cenado”.
Confunde Salinas “alternativas” con opciones, como tiene otras confusiones al mirarse al espejo del zedillismo, con sus privatizaciones ni a tontas ni a locas, porque, con sus propias palabras, iniciaron “la ruina económica y social más grave desde la Revolución de 1910”, pero beneficiaron a sus amigos, a sus empresarios cómplices (hombres de presa) y a su “hermano incómodo”, cuya fortuna (inversiones en TV-Azteca) no está al margen del enriquecimiento ilícito. Su privatización... ¡sin amiguismos!, confiesa el perverso de Rogozinski, es el ejemplo que intenta seguir Calderón: la derecha salinista y la derecha calderonista.
Completa
* * * * * * * * * * * * * * * * * *
CUESTA ABAJO
Salinas, de nuevo
Un libro que nada contesta
(...) La relación Salinas-Bush no es nada nuevo por supuesto, pero tiene en estos momentos una importancia fundamental para ayudar a entender lo que está sucediendo en la cuestión petrolera que no debe reducirse a una guerra sucia entre partidos. ¿Es que ya había un gran trato desde el arribo de Salinas a la Presidencia? (...)
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire