Un descubrimiento: la persona humana Carlos Monsiváis 20 de enero de 2008 |
El 16 de enero de 2008 el presidente Felipe Calderón, al presentarle a la opinión pública internacional (para que le corra la voz a la nacional) al nuevo secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y al poner de realce su historial académico (egresado de la prestigiosa Universidad de Tampa, Florida), también nos hizo partícipes de su propio pensamiento y de su ideario, instancias férreamente unidas. Entre otros destellos, o, si se quiere, entre otras instrucciones, don Felipe emitió los siguientes:
—Francisco Ramírez Acuña, el secretario saliente (también, y es de suponerse, con un pasado académico irrefutable) promovió los valores de la democracia y el respeto a la legalidad, acción todavía más encomiable porque lo hizo, supongo, fuera de las horas de oficina, razón por la cual esta hazaña no se percibió.
—El reto del nuevo secretario “es transitar del sufragio efectivo a una democracia efectiva, que permita a los mexicanos disfrutar de manera tangible de los beneficios que derivan de nuestro sistema de gobierno”.
El reto es fundamental porque, “haiga sido como haiga sido” (frase del propio Calderón al calificar las elecciones de 2006), el sufragio efectivo, se nos dice, no es el principio sino el antecedente directo de la democracia efectiva, lo que demuestra que la democracia efectiva aguarda para realizarse a que el IFE y el Tribunal Federal Electoral practiquen su recuento de los votos que cuentan (el cúmulo de artículos y pronunciamientos televisivos) que conceden el triunfo. Además, esa democracia efectiva que, según se notifica, aún no comienza, le permitirá a los mexicanos “el disfrute tangible de los beneficios” y no, como hasta ahora, el disfrute intangible, algo que, como se sabe, ilusiona pero no da ni empleo ni comida ni posibilidades de que cada uno, en defensa de la libertad de expresión, compre su anuncio en el tiempo triple A de la televisión comercial, el único tiempo verdadero libre.
—El Presidente es muy enfático, al incluir entre sus instrucciones al licenciado en Economía (de Tampa, Florida) la siguiente: “Estar cerca y promover los derechos de los migrantes, en su condición de personas humanas”. Esta afirmación renueva todo lo conocido en materia de aportaciones al lenguaje jurídico y cotidiano. Personas humanas no es, como algunos insidiosos de Cananea podrían sugerir, una pésima traducción de la expresión Human beings, sino el enriquecimiento del triste vocablo latino persona, que quería decir “individuo de la especie humana”. Sí, pero el individuo de la especie humana tiene que ser también humano o su razón de ser se extravía. Por eso, persona humana es señalar lo humano que se localiza en muchas partes, incluso en la especie humana, algo no fácilmente discernible, como lo ratifica el propio Mouriño (de la Universidad de Tampa, Florida) al señalar: “Todo mexicano debe estar cierto que el gobierno del presidente Felipe Calderón trabaja a favor del respeto de la dignidad de la persona humana”. Así es.
Al respecto, sólo me permito el señalamiento de un error, o tal vez una errata de don Mouriño, el egresado de Tampa. Dice en el inicio del empiezo del comienzo de su discurso: “En primer término agradezco al presidente Calderón la confianza que deposita hoy en mi persona”. No es así, señor, la confianza del Presidente se depositó en su persona humana, porque un dignatario no mutila sus certidumbres administrativas. Recuérdelo: nadie confía en una persona, sino específicamente, en una persona humana.
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En la misma ceremonia, y acorde con su programa y proyecto de satisfacción del deber cumplido, el licenciado Francisco Ramírez Acuña, puente saliente de la política de concordia y promoción de valores, habló del modo en que “rescató la figura de la presidencial”. ¡Formidable! Con una simple frase don Francisco (el descubridor de la condición presidencial de don Felipe, ese mismo que ahora convoca la atención sobre la condición presidencial de don Juan Camilo), entrega la clave del sexenio de Fox/Sahagún. Entre las hipótesis a la disposición:
—La doble institución, la pareja presidencial, que redefinió los méritos hasta incluir entre ellos a la ignorancia, la improvisación (ese arte de magia de la ignorancia de los poderosos), el olvido del origen de los caudales propios, etcétera, fue secuestrada la mayor parte del sexenio, pero nadie se abocó a liberarla hasta que don Francisco Ramírez Acuña se acordó de su desaparición.
—La pareja presidencial se secuestró a sí misma, pidió un rescate multimillonario, pero por razones vinculadas a la cantidad de actos al día, no se preocupó por enviar la carta de aviso estipulando los términos del rescate. En consecuencia, nadie se llamó a alarma por la desaparición de la pareja presidencial que siguió como si nada emblematizando a la democracia y aguardando en vano las primeras planas con informes de su secuestro.
—La pareja presidencial fue víctima de una abducción (informes en los Expedientes X), y la Secretaría de Gobernación rescató una foto de los dos en el momento en que eran llevados a la nave-madre, y la difundió en los medios, especialmente en el pueblo de Rosewell.
Enviar hipótesis al blog de San Cristóbal.
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¿Qué tiene que ver el currículum vitae con la capacidad, la destreza, la habilidad, el genio administrativo? En principio, nada o muy poco. Se puede ser licenciado en Economía por la Universidad de Tampa, y ser un desastre como administrador o político; se puede ser relativamente joven y desconocer la historia y la sociedad del país que se gobierna; se puede tener un máster de la Universidad de Campeche y, pese a todo, sólo disponer de algo primordial pero, tal vez en función del cargo, insuficiente: la fidelidad al jefe. Se puede hacer todo esto con una condición: que los méritos nunca sean inferiores a los logros. (Exégesis ala disposición).
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Lo que es el triunfalismo previsor. En su discurso histórico, don Felipe Calderón incursiona, y con denuedo, en la ciencia ficción: “Con los nombramientos hechos el día de ayer y hoy, iniciamos el 2008 con un gabinete que ha sido adecuado a las nuevas circunstancias que enfrentaremos este año”. Quién lo duda. Ya el grupo ha mostrado su adecuación y su eficacia en el porvenir. Si no se puede resolver el presente, se viaja a encontrar las soluciones del futuro.
Y todo sin recurrir a Arnold Schwarzenegger en Terminator: Hasta la vista, baby.
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Se me podrá decir que extraigo demasiado de discursos de ocasión y contesto: en esta hora de la República no hay ocasiones sino esencias. Y para probarlo reproduzco algunas palabras del presidente Calderón el 17 de enero de 2008:
“Me he especializado en navegar contracorriente, primero adentro de mi partido, luego en campaña electoral; y bueno, a mí esto del escenario preocupante del 2008, realmente hasta me emociona un poquito y me asegura que vamos a salir extraordinariamente bien este año. Nosotros hemos hecho la tarea, tenemos una economía en orden (y) finanzas públicas sólidas. Es decir, ante una tormenta por fuerte que se avecine… tenemos un navío, de gran calado que tiene una enorme estabilidad, una balastra que es capaz de sostenerla y sostenerla con rumbo ante cualquier circunstancia que enfrente.”
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