Los escándalos de la iglesia Mexicana
La república
Duro y tupido
Una jerarquía en apuros
Humberto Musacchio
La jerarquía católica ya no siente lo duro sino lo tupido. En medio de los escándalos por abuso sexual de sacerdotes, aparece un libro de Sanjuana Martínez que pone en la picota a más de un dignatario: Prueba de fe. La red de cardenales y obispo en la pederastia clerical (Ed. Planeta, 2007).
El libro de la periodista es producto de una amplia investigación en la que quedan mal parados los cardenales Norberto Rivera Carrera y Juan Sandoval Iñiguez, Guadalupe Martín Rábago, arzobispo de León, y otros eclesiásticos que ocupan posiciones relevantes dentro de su Iglesia y que están involucrados, por una u otra razón, en los casos de abuso sexual contra niños y jóvenes.
Por supuesto, los involucrados deben creer —viven en un ámbito donde las creencias son definitivas— que sus delitos y complicidades quedarán impunes, como ocurrió con la larga cadena de tropelías de Marcial Maciel, el superior de los Legionarios de Cristo y protegido de Karol Wojtyla.
Sin embargo, avanza en Estados Unidos el proceso que involucra a Rivera Carrera y en el que ha sido señalado como protector de un sacerdote que abusó de más de 90 niños, tanto en la diócesis de Tehuacán, en tiempos en que Rivera Carrera fue obispo de esa circunscripción, como en la de Los Angeles, a donde mandó al pecador para ponerlo a salvo.
En el caso de Sandoval Iñiguez, cabeza de los sectores más fanáticos y agresivos de la Iglesia católica, a los atentados contra manifestaciones artísticas y al empleo abusivo del asesinato de su antecesor para golpear a Jorge Carpizo y otros personajes, se suma ahora la protección que brinda a la pederastia ensotanada, para la que existe la Casa Alberione de Guadalajara —denuncia Sanjuana Martínez—, una especie de refugio que tiene cara de clínica médica.
En medio de esos numeritos, de repente viene el secretario de Relaciones Exteriores del Vaticano a pedir más libertad religiosa, actitud solapada por el gobierno federal, y aquí, en León, el arzobispado se lanza contra la Iglesia Católica Tradicional México-Estados Unidos, a la que llama idolátrica porque en ella se rinde culto a la Santa Muerte, “especie de amuleto o ídolo falso” dice la mitra leonesa, como si hubiera alguien capaz de extender certificados de autenticidad a ídolos y amuletos.
Lo cierto es que la Iglesia católica pierde batallas y se reduce de manera constante el número de sus ministros y su feligresía. Para detener su caída, requiere de algo más que la complicidad de los panistas: necesita de un milagro.hum_mus@hotmail.com
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