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Por Benjamín Castro

El nominalismo de Ockham su filosofía

CALDERON SACA OTRA VES "EL MONSTRUITO" DE SUS PRINCIPIOS SINARQUISTAS.



Según pruebas que presento el periodista Jacobo Zabludovsky, y algunos medios electrónicos, el martes pasado, Calderón recibió una gran rechifla y abucheo en un evento donde se congregaron unos 7 mil jóvenes becarios de Telmex. Por supuesto, la prensa nacional y la agencia Notimex minimizaron el hecho pero Zabludovsky presentó una grabación que así lo prueba. Las rechiflas vinieron cuando Calderón retomo su viejo discurso sinarquista que concibe los problemas de México como resultado de "una serie de prejuicios, de complejos, de primitivismos…" que lo llevan a ser "un país que siempre busca culpar a los demás o a encontrar un pretexto" para su situación. Calderón, por supuesto, volvió a hacer su llamado motivacional a construir un "México ganador" y sentencio que para el "lo importante no es competir sino ganar…".

Para Calderón , ---y lo explicó claramente -- el ser "ganador" consiste en hacer de México "un país capaz de competir en un mundo que compite" y eso se logra en base a "reducir los costos de producción", para hacer de nuestro país "el mejor destino de la inversión" y, supuestamente, la "quinta economía mas grande a nivel internacional" para fundamentar lo cual cita a una de las casas financieras de Wall Street , Goldman Sachs, que es la que ha dicho que México podría llegar a serlo en los próximos 5 años.

Así que de eso se trata. Calderón retoma el viejo discurso sinarquista que proviene de los ideólogos de la sinarquía mexicana como Manuel Gómez Morín, Juan Andrew Almazán, González Morfin, los Abascal, Sánchez Navarro, etc. Todos ellos, durante los años 1930s y 1940s, y especialmente durante la campaña de Andrew Almazán en 1940, promovieron la idea de que México debería regresar su petróleo recién nacionalizado a las compañías trasnacionales las cuales tenían una mayor "capacidad racial" y una mejor disposición para administrarlas precisamente por no tener esos "complejos". Por supuesto, los sinarquistas mexicanos mantenían una alianza estrecha con los franquistas españoles y con los nazis alemanes de quienes recibían financiamiento y orientación "filosófica". Las ideas económicas de los nazis, las de Hjalmar Schacht el ministro de finanzas de Hitler, se basaban fundamentalmente en la idea de reducir los costos de producción bajando al nivel los costos de la mano de obra. De esa idea provienen los campos e concentración.

Schacht propuso que Alemania se recuperara del tratado de Versalles precisamente usando la mano de obra barata de su país para darle impulso a un gran programa de "maquiladoras" y de exportaciones. Desde entonces Schacht ha sido el ideólogo económico de la mayoría de los economistas fascistas contemporáneos influyendo a la llamada "escuela austriaca" de Von Hayek y Von Misses o de los Chicago Boys de Milton Friedman. El hijo de Schacht visito México para reunirse con el Gral. Zaturnino Cedillo, con Gómez Morín y otros dirigentes sinarquistas del periodo.

Pero detrás de la ideología de los nazis esta el nominalismo de Guillermo de Ockham, el supuesto radical de finales de los 1200 y principios de los 1300s. Ockham creo el nominalismo filosófico, la visión que supone un mundo en donde lo único que existe son "individualidades", es decir, en donde no hay principios universales ni procesos.

Las cosas son en sí mismas y no existe ningún proceso que comprender. Consecuentemente, Dios es un ser que creo el mundo como le dio la gana del mismo modo en que pudo hacerlo de otro modo. Dios pudo incluso crear un mundo al revés. Por lo tanto no existe ninguna ley natural, y no existen principios universales ni un orden universal que se exprese de alguna manera en los individuos. El hombre no es una especie sino solo hay un montón de hombres todos diferentes e individuales. El conocimiento para Ockham es por lo tanto solo "intuitivo" y proviene solo de observar con detenimiento todo aquello que se percibe por lo sentidos. No existen procesos ni leyes en el universo sino solo "experiencias intuitivas" y relaciones subjetivas con las cosas que existen de forma auto evidente y sin una causalidad que las explique. En los 1600 Paolo Sarpi hizo del nominalismo de Ockham la base de su sistema liberal angloholandés, el que ahora conocemos popularmente como "neoliberalismo".

La ideología nominalismo de Ockham es la ideología de los fascistas modernos. No visten camisas pardas ni tampoco portan una swástica en sus brazos pero se miran así mismo como seres que habitan en un mundo en donde, --usando la máxima nietzschiana—"dios esta muerto", no hay principios morales, ni leyes y lo único que es cierto es la riqueza y el poder que se logre acumular a costa de lo que sea y "echándole ganas".

El autor es miembro del Movimiento Internacional del economista Lyndon H. LaRouche.

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