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LE NOUVEAU GOUVERNEMENT MEXICAIN EST ENTRE EN GUERRE SAINTE CONTRE SON PROPRE PEUPLE. ARRESTATIONS ARBITRAIRES D'HOMMES POLITIQUES COMME DE SIMPLES PASSANTS QUI AVAIENT LE MALHEUR DE SE TROUVER AU MAUVAIS ENDROIT AU MAUVAIS MOMENT, GENERALISATION DU VIOL DES PRISONNIERES, DE LA TORTURE Y COMPRIS SUR DES ENFANTS DE HUIT A DOUZE ANS , CENSURE DE TOUTE OPPOSITION... LA LUTTE NE FAIT QUE COMMENCER. El nuevo gobierno mexicano a entrado en guerra santa contra su propio pueblo. Imposición, traición, doble discurso, ruptura del pacto social, ningún respeto por los derechos humanos con la consiguiente tortura, prisión, muerte de luchadores sociales e inocentes. Censura y desprecio por la cultura y la educación.... LA LUCHA COMIENZA.

jeudi 7 décembre 2006

Mas sobre la flamante toma de posecion


REFORMA.
Guadalupe Loaeza.


¡Piiii, piiiiii, piiiii!

"Es la ceremonia que debería ser la toma de protesta en la más alta tribuna del país, en el salón de sesiones del Palacio Legislativo de San Lázaro, con la presencia del Presidente saliente, con el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y el Presidente constitucional.

Un inicio con el pie derecho, un inicio de seis años de mandato del presidente Felipe Calderón Hinojosa con el pie derecho, como debía ser", decía convencidísima la adorable y cándida Diane Pérez conductora de la transmisión oficial por televisión de relevo presidencial.

Para Diane, de nariz respingada, que más que conductora de eventos especiales parece modelo de shampoo Herbal Essences, insistía en decir en cadena nacional que "el salón de sesiones se encuentra en calma...".

¡Qué extraña percepción tiene esta periodista tan linda y tan profesional de lo que significa una situación "en calma".
¿De verdad le resultaba un ambiente muy calmado mientras que varios legisladores se daban de trancazos, entre gritos y sombrerazos?

¡Piiii, piiiiii, piiiiii, piiiii!, hacían los sonidos de los silbatos de los perredistas. Pero Diane continuaba diciendo con su modo tan bonito y tan sereno: "Se espera que lleguen ambos mandatarios... Aquí tienen una panorámica del salón de sesiones en donde se respira un ambiente tranquilo...".

Y claro, en seguida las cámaras de la televisión mexicana por cadena nacional mostraban los rinconcitos en donde aparecían o las curules vacías o bien, los pasillos totalmente desérticos...

Pero a tan sólo dos metros de distancia ya se habían formado algunas barricadas formadas por las grandes butacas forradas de piel de los legisladores. Naturalmente estas escenas no las mostraba Diane, nuestra periodista tan objetiva y tan observadora. Para que ante los ojos de millones de mexicanos nos congratuláramos de lo terso que estaba siendo el cambio de poderes, se bajaba el audio justo en los momentos más intensos de la sesión de Congreso, de este modo no se escuchaban ni las consignas ni las mentadas de madre, ni el piiiii, piiiii, piiiiii de los silbatos.

Diane, la conductora más educada de la televisión mexicana, proseguía con sus comentarios tan precisos como si estuviera narrando un desfile de modas.Seguramente Diane nunca querrá trabajar para CNN porque, curiosamente, al mismo tiempo, en ese canal Harris Whitbeck corresponsal de CNN con sede en América Latina, se encontraba cubriendo otra toma de posesión totalmente distinta.

El periodista de CNN en español sí daba cuenta de los trancazos entre los legisladores, sí se escuchaba preocupado por lo que estaba presenciando. Él nunca habló de un salón de "sesiones en calma". Qué divertido e interesante resultaba estar cambiando constantemente de canal, entre los de la cadena nacional y CNN.

Porque mientras para la televisión oficial no existía el México del Zócalo ni López Obrador ni mucho menos el de los pobres, para CNN era fundamental mostrar las dos realidades de esos momentos. No, para Diane, todo estaba perfecto, todo sucedía con gran armonía y en paz. Todo México estaba feliz por la toma de protesta de Calderón. No había ni un ápice de oposición. Para Diane y sus patrones, México era Foxilandia, era un país en el cual sus habitantes presenciaban embelesados una tersa y civilizada transmisión de poderes.

Eran tan conmovedores sus comentarios que, la verdad, no daban ganas de cambiarle a CNN. ¡Qué aguafiestas resultaba Harris Whitbeck! ¿Qué necesidad de mostrarnos tan rijosos y descontentos?¡Qué suerte tuve de haber cambiado de canal justo en el momento en que la dulce Diane narraba la protesta de ley de Calderón en medio de la tribuna, justo en el momento en que le retiraban el atril en medio del piiiii, piiiii, piiiii de los silbatos perredistas.

Ay, pero escuchémosla decir lo que dijo con tanta sabiduría: "Un inicio de seis años de mandato del presidente Felipe Calderón Hinojosa con el pie derecho, como debía ser...". ¿No la adoran? "Con el pie derecho..." (¿con qué otro podía haber empezado el candidato de la derecha?, ¿no tendrá en su caso, los dos pies derechos?). Sí, juro que Diane dijo que Calderón empezaba con su pie derecho... En ese momento le cambié de canal y Harris no fue tan optimista... Él nunca se refirió a ninguno de los dos pies de Calderón, él nada más dijo que México ya tenía Presidente... pero que yo recuerde no habló de sus pies.

En seguida mostró escenas del Zócalo, el cual se veía lleno hasta el tope. Pero yo ya no quería ver cosas desagradables ni tantos pobres gritando a favor de AMLO ni tanto descontento y polarización. Yo lo que quería seguir viendo era la transmisión de Diane. Para entonces ya me había encariñado con ella. Quería que fuera mi amiga. Quería ver mi país, como ella lo veía. Y de paso también quería comenzar mi fin de semana con el "pie derecho...".

Qué bueno que le cambié porque en ese momento empezó el Himno Nacional (¿se lo sabrá de memoria Diane?). Yo también lo canté. Estaba tan contenta porque el cambio de poderes había pasado en absoluta paz y armonía. La verdad es que estaba muy orgullosa de mi país, de mis legisladores y de mi cadena nacional. Cuando terminamos de cantar, rápido, rápido le cambié a CNN y fue en ese canal que vi un salón de plenos como campo después de la batalla.

Allí seguían las curules apiladas como barricadas y muchas mantas en varias paredes. "Ay, no qué horror... Quién sabe qué país será ése... mejor le cambio", me dije. Ah, nunca le agradeceré totalmente a la Providencia por haber cambiado de canal en ese preciso instante. Diane, mi amiga tan objetiva decía: "Tranquilidad, certeza de que empieza un sexenio como debe ser con mano dura, con el pie derecho...", insistió.

Y Diane todavía tuvo el gran tino de agregar con su voz aterciopelada: "Una ceremonia que estaba inmersa en la tranquilidad, en donde no se sintió tensión aquí en el Palacio Legislativo de San Lázaro...".¿No la adoran? ¿No les parece una conductora súper demócrata? Pero nuestra monísima Diane no nada más habló del pie derecho del Presidente de la derecha, sino de su "mano dura".

Y qué ironías tiene la vida, porque esa "mano dura" a la que se refirió la periodista, seguro es la izquierda, porque no nos olvidemos que Calderón es zurdo.Si algo me tranquiliza es que CNN en español nunca va a contratar a Diane Pérez, ¿qué haría la cadena nacional de la televisión mexicana sin ella? ¿Qué haríamos sin sus observaciones tan justas y equilibradas? ¿Qué haríamos sin su ojo clínico? Felicitémonos entonces de nuestra televisión mexicana. Ojalá que siga así de objetiva.

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