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LE NOUVEAU GOUVERNEMENT MEXICAIN EST ENTRE EN GUERRE SAINTE CONTRE SON PROPRE PEUPLE. ARRESTATIONS ARBITRAIRES D'HOMMES POLITIQUES COMME DE SIMPLES PASSANTS QUI AVAIENT LE MALHEUR DE SE TROUVER AU MAUVAIS ENDROIT AU MAUVAIS MOMENT, GENERALISATION DU VIOL DES PRISONNIERES, DE LA TORTURE Y COMPRIS SUR DES ENFANTS DE HUIT A DOUZE ANS , CENSURE DE TOUTE OPPOSITION... LA LUTTE NE FAIT QUE COMMENCER. El nuevo gobierno mexicano a entrado en guerra santa contra su propio pueblo. Imposición, traición, doble discurso, ruptura del pacto social, ningún respeto por los derechos humanos con la consiguiente tortura, prisión, muerte de luchadores sociales e inocentes. Censura y desprecio por la cultura y la educación.... LA LUCHA COMIENZA.

jeudi 28 mai 2009

Otra de Estados Unidos

El mundo que el imperio nos impone



Más allá de la forma aparentemente juguetona que adoptan ciertos intelectuales y académicos, así como arrepentidos de izquierda, para hacer referencia a la existencia real del imperio (lo que esconde su identificación con el mismo), éste no es en ni broma, ni jugarreta alguna; sino una terrible realidad impuesta a los pueblos de la tierra en su conjunto. Guerras, armas de destrucción masiva, convencionales, terrorismo en sus peores versiones, narcotráfico, especulación, juegos de azar, trata de blancas, intercambio desigual y saqueo al Tercer Mundo constituyen sus principales sustentos, por mucho que aparente combatirlos. La “democracia”, la hipocresía y la falsa religiosidad son sus principales caretas. Pero posee muchas otras formas de esconder su esencia opresora, intervencionista y genocida.


Intervenciones, despojos y genocidio

Lo menos ocultable del imperio son sus arsenales atómicos, la gran diversidad de armas de destrucción masiva y la inconmensurable cantidad de armas convencionales de que dispone, con lo que amenaza de forma real a todo el mundo. Al continente americano lo amenaza con su nada inocente IV Flota, por más que medios de derecha de la región digan verla hacer visitas amistosas a los países que la conforman. [1] En todo este conjunto mortífero, como en todo lo demás, los medios de derecha se encargan de ensalzar al imperio, presentándolo como el paladín de la justicia, la libertad y la democracia.

El imperio dispone de recursos ilimitados, arrebatados a los pueblos con engaños, maña y fuerza que, luego, “legitima” con las leyes que dicta al mundo: tierras, recursos naturales, fábricas, minas, recursos energéticos, flotas, laboratorios abiertos y encubiertos; centros de investigación cuyos resultados muchas veces se ocultan al mundo, como hace, por ejemplo, la Monsanto. [2]

Como muestra de lo planteado respecto a los recursos que el imperio arrebata a los pueblos por la fuerza, sólo recuérdese que a México, entre 1846 y 1848, le fue cercenado un territorio de unos 2.3 millones de Km2, un poco más de la superficie que ahora posee ( 1.972.550 Km²) . [3] El carácter de conquista de la guerra a México fue reconocido hasta por personajes de los círculos gobernantes de EEUU. Ulysses Grant ( 1822 - 1885 ), quien fuera presidente de esta nación (1869–1877), escribió: “Esta guerra es una de las más injustas que alguna vez haya mantenido una nación fuerte contra una débil.” [4]

Las víctimas del imperio han sido incontables, son muchos millones. He acá una breve revista del genocidio que ha provocado:

§ La primera guerra mundial (1914-1918), corolario de las contradicciones entre países imperialistas, mató entre ocho y nueve millones de personas y dejó a unos seis millones de inválidos. [5]

§ A su vez, la segunda guerra mundial (1939-1945), que buscaba resolver nuevas y viejas contradicciones entre las metrópolis imperiales, mató aproximadamente al 2 % de la población mundial de entonces, unos 60 millones de personas [6] , de las cuales unos 25 millones fueron soviéticas. [7]

§ Dentro del marco de esta guerra, sin que EEUU lo haya reconocido jamás y sin que la hipócrita Europa lo denunciara alguna vez, el mayor acto terrorista que registra la historia corresponde al bombardeo atómico del 6 de agoto de 1945, sobre Hiroshima (con un saldo de 140,000 personas muertas) y el del 9 del mismo mes, sobre Nagasaki (con un estimado de 80,000 muertos). Irónicamente, las bombas fueron bautizadas con los nombres de “Litle Boy” la primera, y “Fat Man”, la segunda. [8] Con su lanzamiento, Truman inauguró la Guerra Fría como medio de intimidación a la URSS, no para vencer al Japón. [9]

§ En la guerra contra Vietnam (1950-1975), el imperio cobró la vida de entre 2 y 5,7 millones de personas; [10]

§ En la que impuso a Corea (1950-1953), la de un millón de coreanos. [11]

No debe soslayarse que, en sus albores, el capitalismo perpetró un gigantesco genocidio contra los pueblos autóctonos de América y África:

§ Según el antropólogo brasileño Darcy Ribeiro, a fines del siglo XV, América poseía unos 70 millones de habitantes, pero apenas siglo y medio después, su población se había reducido a unos tres millones y medio de indígenas. [12]

§ Tampoco ignoremos el genocidio de 140 millones de esclavos africanos provocado por los colonialistas europeos . [13]

Hoy en día, el imperio sigue interviniendo territorios. Iraq y Afganistán son los ejemplos más dantescos del momento. Utilizó de pretexto el supuesto, mil veces desmentido, de armas de destrucción masiva en el primero de estos casos; y el falso que ya casi nadie se traga de la autoría intelectual de Osama Bin Laden en la planificación y ejecución de los sucesos del 11 de septiembre de 2001, en el segundo.

Sin embargo, el sitio web Most Wanted Terrorists dedicado a Osama Bin Laden demuestra palmariamente “que los atentados del 11 de septiembre no aparecen entre los hechos por los cuales se busca a este hombre. Un miembro del Movimiento por la Verdad se puso en contacto con el Cuartel General del FBI para pedirle una explicación. Un responsable de relaciones públicas le respondió: «No disponemos de ninguna prueba formal que permita vincular a Ben Laden con el 11 de septiembre»”. [14]

A su vez, los saldos de Iraq no dejan dudas de lo lejos que está la ocupación de su territorio de una guerra en función de su liberación:

§ 1, 5 millón de muertos; 4,5 millones de desplazados; entre 1 y 2 millones de viudas; cinco millones de huérfanos. [15]

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