Las victimas no estaban bien armadas
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Jornada
Nada justifica la matanza en Virginia ni la arrogancia oficial en la guerra, dice un rabino La tragedia que enlutó a EU sería en Irak "incidente cotidiano": analistasAutoridades coreanas, preocupadas ante posible reacción violenta contra sus compatriotas Estudiantes de la Universidad Virginia Tech durante un servicio religioso en el estadio de futbol del plantel, en memoria de las víctimas del ataque perpetrado la mañana del lunes Foto: Ap Nueva York, 17 de abril. Lo que es un incidente cotidiano en Irak y Afganistán se convirtió aquí en tragedia nacional, consideran críticos de las políticas que promueven la violencia tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Expresiones e imágenes de pesar, horror, tristeza y lágrimas se difundieron por todo el país en el transcurso del día, al igual que una ceremonia transmitida a nivel nacional por todas las cadenas en el lugar de los trágicos hechos, a la que asistieron el presidente George W. Bush, el gobernador de Virginia, Tim Kaine, legisladores, funcionarios universitarios y líderes religiosos. Pero casi nadie, ya sea en entrevistas para los grandes medios, o en declaraciones formales en los actos de hoy, vinculó la violencia dentro de este país con la violencia que resulta de sus políticas bélicas en el exterior. Sin embargo, para algunos es notable la capacidad de los políticos de lamentar la violencia aquí mientras ordenan a jóvenes, como los que estudian en Virginia Tech o en preparatorias como Columbine, viajar al otro lado del mundo para disparar y matar a otros jóvenes allá. El presidente George W. Bush acudió a un acto en la universidad donde expresó su pesar y aseguró que "el amor de Dios" y las oraciones de todo el país ayudarían a todos a superar esta tragedia. Citó un pasaje bíblico sobre cómo "la maldad se supera con el bien". Religiosos protestantes, judíos, musulmanes y hasta budistas de la comunidad universitaria hicieron eco, cada uno a su manera, de este mensaje divino en tiempos de angustia, agonía y tragedia. El acto concluyó, un poco raro, con miles entonando los vítores oficiales de la universidad. Todo transmitido a una nación que, una y otra vez, fue informada de que lo sucedido afectaba a todos, una tragedia nacional. El Washington Post, como otros medios, opinó en editoriales que los familiares y amigos de las víctimas no lamentarán solos, ya que "su tragedia es de Estados Unidos también". Pero para otros, algo estaba ausente. "Esto es horrible y esto es trágico y esto nos da una idea de lo que es vivir un solo día en Irak", dijo Larry Johnson, un ex analista de inteligencia de la CIA y experto en antiterrorismo en el Departamento de Estado, y ahora crítico de las políticas del gobierno de Bush. El rabino Arthur Waskow, director del Centro Shalom y autor de 20 libros, en comentarios difundidos por el Institute for Public Accuracy, indicó que "todo Estados Unidos está en shock y lágrimas, como debería de ser... ¿Pero cuántos aquí están en shock y lágrimas ante el informe desde Afganistán de que marines estadunidenses emplearon fuerza 'excesiva' el mes pasado, al ametrallar un trecho de más de 15 kilómetros dejando a 12 civiles muertos, incluido un bebé y tres ancianos?" Waskow continuó: "tenemos a un gobierno de hombres viejos que convierten a las armas y las bombas en ídolos para la adoración de su propio poder. ¿Es sorprendente que jóvenes en Afganistán y Virginia usen tales armas para adorar su propio poder?" El rabino afirmó que no hay justificaciones para estos homicidios. "Pero tampoco para la arrogancia oficial que por ninguna razón legítima envía ejércitos a destrozar Irak, o la arrogancia oficial que convierte la propiedad de armas de asalto en un derecho constitucional". Concluyó que si el presidente está en verdad horrorizado por la matanza en Virginia, de inmediato tiene que prohibir la venta de armas de asalto y retirar a las tropas de Irak, "de una ocupación que es igual de criminal, y tan enraizada en la adoración de la violencia, como los asesinatos en Virginia". El reverendo Lennox Yearwood Jr., presidente del Hip Hop Caucus, y ex director de Estudiantes contra la Violencia, organización dedicada a las secuelas de Columbine, declaró, también a través del Institute for Public Accuracy, que "ocho años después de Columbine hemos fracasado en encontrar maneras significativas de abordar la violencia en este país". Agregó que "es hora de que Estados Unidos hable de paz; paz en casa y en el extranjero. De la misma manera que estudiantes fueron asesinados ayer en sus aulas en Blacksburg, estudiantes iraquíes son abatidos en sus escuelas y en sus casas en Bagdad". Ahora las autoridades coreanas -al anunciarse que el joven asesino era de origen sudcoreano- están preocupadas de que este incidente detone más violencia contra sus nacionales y enviaron a diplomáticos a la universidad. La cancillería expresó sus condolencias y el deseo de que la tragedia "no provocará prejuicio racial o enfrentamiento". En medio de la zona rural cerca del Blacksburg, sede de la universidad, un reportero que buscaba comer algo rápido se estacionó junto a un restaurante. Contó a La Jornada que junto con él llegó otro automóvil con placas de Virginia, pero con una calcomanía que decía "Yo amo a Guerrero". No falta adivinar que muchos mexicanos aquí -y sus representantes- respiran con alivio de que el asesino no fue un connacional. Y es que estas cosas a veces provocan más violencia y los extranjeros en particular -sobre todo los inmigrantes que trabajan y viven aquí- aprenden muy rápido que este es un país sumamente peligroso. A fin de cuentas, aun en los lugares supuestamente más seguros del país hay problemas con tantas armas. Hoy, la Casa Blanca reportó un incidente en donde dos agentes del Servicio Secreto fueron "accidentalmente" heridos cuando uno descargó su arma en una de las casetas de seguridad en la entrada suroeste de la residencia presidencial. |
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