El presidente del empleo
México SADesempleo rebasa discursoLas cifras del INEGI contrastan con lo celebrado por Felipe Calderón Autoalabanza Pues nada, que la "continuidad" comete el mismo exceso que el "cambio", y que el inquilino de Los Pinos resbala con la misma cáscara con la que Vicente Fox terminó en el suelo. Justo una semana atrás, Felipe Calderón celebraba "una buena noticia": las foxianas "tasas históricas" en materia de empleo (virtual) observadas en su aún joven estadía en la residencia oficial, y prueba de ello, decía, "los más de 250 mil nuevos empleos registrados ante el Seguro Social". Lo que Calderón, como Fox, no reconoce es que la realidad es infinitamente más sólida que el discurso presidencial, y, de entrada, en ningún registro del IMSS aparece el número de empleos por él presumidos. En el mejor de los casos la mitad de ellos, y con sus bemoles. No hay registro, pues, de la "tasas históricas", pero sí del creciente desempleo documentado por el INEGI, una institución que, involuntariamente, se pasó el sexenio foxista desmintiendo, un mes sí y el otro también, al inquilino de Los Pinos y su fatuo discurso de "logros", uno de ellos la "multiplicación" del empleo virtual. El anterior inquilino de Los Pinos acostumbraba celebrar los "grandes resultados", las "cifras históricas" y lo "bien que lo estamos haciendo" en materia de empleo, y lo hacía justo días antes de que el INEGI divulgara las cifras actualizadas sobre ocupación en el país, la cuales, permanentemente, documentaban exactamente lo contrario y tiraban el discurso presidencial al bote de la basura. El "presidente del empleo" debe manifestar tendencias sadomasoquistas, porque con su discurso de "tasas históricas" no sólo daña, ofende a la población desempleada, sino que políticamente se daña a sí mismo, lo que sería lo de menos. Algún problema hay allí, porque, de la mano de su antecesor, el actual inquilino de Los Pinos repite el ejercicio, y justo una semana antes de que el INEGI documente un incremento adicional en la tasa oficial de desocupación abierta (información que Calderón conocía), habla de "logros" y más "logros" en el plano laboral, se auto alaba por "lo bien que lo hacemos" y subraya que "marzo fue uno de los meses en que se generó el mayor número de empleos formales en el país". Flaco favor, aderezado con el informe del INEGI correspondiente a marzo pasado, es decir, "uno de los meses en que (según Calderón) se generó el mayor número de empleos" en el país. Pues bien, no sólo el discurso se repite, sino la realidad, y una vez más el INEGI desmiente, involuntariamente, al inquilino de Los Pinos, al reportar que en dicho mes y a nivel nacional la tasa oficial de desocupación se incrementó a 4.01 por ciento de la población económicamente activa, 0.08 puntos porcentuales mayor que la del mes inmediato anterior, o lo que es lo mismo, alrededor de 35 mil empleos menos que en febrero pasado. En las 32 principales ciudades de la República, la tasa oficial de desempleo abierto se incrementó a 5.34 por ciento de la PEA, 0.42 puntos porcentuales mayor que la de febrero pasado, esto es, cerca de 15 mil empleos menos. El "cambio" concluyó con una tasa oficial de desocupación abierta de 3.58 por ciento de la población económicamente activa. Cuatro meses después, con el "presidente del empleo" sentado en Los Pinos, se incrementó a 4.01 por ciento (cerca de 200 mil empleos menos), pero el discurso en ambas administraciones es igual de triunfalista y fatuo. Otros indicadores del INEGI sobre el tema revelan que la desocupación abierta entre los hombres aumentó de 3.4 a 3.57 por ciento, mientras que entre las mujeres creció de 3.44 a 4.74 por ciento entre marzo de 2006 e igual mes de 2007. Cuando Fox, felizmente, desocupó Los Pinos, la tasa oficial de subempleo cerró la temporada en 6.5 por ciento de la población económicamente activa y 6.7 por ciento de la población ocupada. Cuatro meses después, con la "continuidad" instalada en la residencia oficial, ese indicador creció a 8 por ciento de la PEA y 8.4 por ciento de la población ocupada. Por lo que toca a la población ocupada, el INEGI informó que el 40.2 por ciento de ella se empleó en el sector servicios; 19.8 en el comercio; 17 en la industria manufacturera; 13.1 en las actividades agropecuarias; 8.4 en la construcción; 0.8 en "otras actividades económicas" (que incluyen la minería, electricidad, agua y suministro de gas) y 0.7 no especificó su actividad. Según su posición, 65.8 por ciento se ubicó como trabajador subordinado y remunerado; 22.7 como trabajador por cuenta propia; 6.5 como trabajador sin pago, y 5 agrupó a los empleadores. Entonces, muy su gusto si resbala con la misma cáscara, comete los mismos excesos y reproduce los discursos. Es su problema, pero lo que es deplorable es que la "continuidad", como antes el "cambio", juegue y goce con las urgencias de millones de mexicanos. Las rebanadas del pastel En menudo lío filosófico y práctico metió la Iglesia católica al Congreso mexicano, pues el Vaticano decretó que "el limbo no existe", y, por ende, lo "abolió". Si los teólogos involucrados se hubieran dado una vuelta por San Lázaro y Xicoténcatl antes de tomar esa medida, otra hubiera sido la decisión. |
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