ABORTO

Historias de mujeres

Estas son historias verdaderas, y conozco otras, pero por espacio solo pongo estas dos que me parecen significativas.

Cuando era estudiante una de mis amigas como por maldición quedo embarazada, ella no deseaba tener hijos en ese momento, incluso antes de ese “incidente” creyó ser infértil, pero no, y la prueba estaba ahí. ¿Qué hacer? Era su dilema, rápidamente se decidió por el aborto, ahora faltaba lo mas difícil buscar quien o donde. Había que guardar el secreto, con suma cautela nos pusimos a buscar, tarea nada fácil, ya que clínicas las hay pero algunas veces a precios prohibitivos, finalmente encontró una abordable. Sin decirme nada fue a que le hicieran el legrado; luego la vi estaba en cama, enferma, yo triste de verla así, reprochándole el hecho de no haberme dado la fecha para acompañarla. El medico que la intervino lo hizo sin anestesia, aparte del dolor, una infección que la tuvo postrada durante varios días. Aunque salio adelante, el trauma quedo.

Hace mas de cinco años contrate a una señora como empleada domestica, una mujer de no más de treinta años, abandonada por su marido un hombre alcohólico que la golpeaba además de serle infiel. Con tres hijos, y sin estudios o apoyos para salir adelante, lo único que podía hacer para medio sobrevivir era el trabajo como domestica.

El último de sus hijos era un pequeño de tres años con retraso mental, lo cual aparte de ser una gran carga para una mujer sola, no recibía la educación y tratamientos adecuados para su padecimiento, todo cuesta.

Maria (nombre ficticio) me contaba que su hijo estaba así seguramente porque ella trato de interrumpir su embarazo por medios caseros. Cuando se supo preñada, en lugar de darle gusto se puso a llorar, otro hijo más y un hombre que aparte de hacerle la vida de cuadritos, no la apoyaba financiera ni moralmente. Mas que una bendición su estado fue un gran peso, así que trato de abortar por todos los medios que le eran conocidos o aconsejados: tomo hierbas, salto, corrió, y finalmente se introdujo ahujas para tejer, pero nada dio el resultado deseado, sola, sin dinero para pagarse un aborto en una clínica clandestina.

Finalmente se hizo a la idea, no tenía más remedio, el niño nació y ahí comenzó el calvario no solo para ella, sino para sus demás hijos y la criatura misma. Abandonada por su marido, las instituciones, el gobierno y desde luego la iglesia para quien es su cruz, así lo quiso dios, mejor póngase a rezar mujer pecadora y hágale como pueda.

Pero ¿donde están los políticos que votan contra el aborto cuando se trata de dar apoyos materiales a las mujeres?

¿Donde las buenas conciencias que defienden el “derecho a la vida” a capa y espada?

¿Dónde la hipócrita iglesia? Que por una parte defiende la vida con rabia y por otra cobija a curas pederastas.

¿Por qué hay tantos niños abandonados en el desamparo. Acaso los que desaprueban el aborto se hacen cargo de ellos o de sus madres?

Todos conocemos a los hipócritas que están contra el aborto.

El derecho al aborto debe ser decisión de la mujer, es ella quien lo vive y lo sufre.

Abajo la hipocresía al estilo pro vida.